La cobardía de Rajoy

Apenas han pasado 15 días desde la investidura de Rajoy como presidente del Gobierno y ya ha defraudado. Ha mentido a propios y extraños, contradiciendo su propio programa electoral. No voy a decir que Rodríguez Zapatero tardó más de una legislatura en obviar su programa electoral, porque para ser justos en la comparación hay que remitirse únicamente al período de crisis, pero lo que es un hecho es que no fue cuestión de días. Rajoy sí.

Rajoy gobierna con la misma cobardía e imprecisión con la que realizó la campaña electoral. A día de hoy, los españoles no conocemos cuál es realmente el déficit español, pues esta semana tres ministros populares han dado tres cifras distintas. Como mínimo, es dos puntos porcentuales mayor de lo que decía el Gobierno socialista, según denuncia el PP. Pero esta diferencia viene dada por el déficit de las Comunidades Autónomas y, hete aquí, que la mayoría de ellas están gobernadas por el PP, por lo que Rajoy debería tener información de primera mano. De hecho, no sólo el ayuntamiento más endeudado de España es popular (Madrid) y antiguo cortijo del actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, sino que también lo es la Comunidad Autónoma: la Comunidad Valenciana.

La misma Comunidad que pagó 382.203,70 euros al Instituto Nóos de Urdangarín por unos Juegos Europeos que nunca se celebraron, la que tiene más oficinas en el extranjero o la misma que acaba de ser avalada por el Gobierno de Rajoy para evitar un vencimiento de 123 millones de euros. Nunca jamás había pasado algo parecido en nuestro país.

Pero Rajoy no da la cara. No lo hizo el día que anunció a los nuevos ministros de su Gobierno, plantando a la prensa sin admitir ninguna pregunta, y no lo hace ahora con las medidas económicas más duras jamás impuestas en la Democracia española. Que Rajoy es un cobarde no es nada nuevo, pero uno no puede evitar sentir cierta desazón cuando corrobora día tras día que quien dirige el destino del país no tiene ni el carisma, ni el empuje, ni la responsabilidad democrática mínima exigible para con los ciudadanos, tanto los que le votaron como los que no.

Y mientras, seguiremos viendo cómo se incumplen promesas electorales con medidas como la subida de impuestos, los recortes al funcionariado o, presumiblemente, el incremento del IVA. Con todo, lo peor está por venir y no nos enteraremos por boca del presidente, como cuando Zapatero anunció la bajada del 5% del sueldo de los funcionarios -tras haber realizado un pésimo diagnóstico de la crisis-. Llegarán más recortes sociales, en Educación y Sanidad, con un copago encubierto. Seguro.

No se queden en casa. Protesten. Reaccionen. Piensen, rebélense y actúen. Eso es Democracia.

Por cierto, Feliz Año.