La Iglesia católica ejerce de Iglesia

El episcopado ya ha avanzado que no la readmitirá... ha vuelto a ejercer de Iglesia, vaya. Y ese es, precisamente, el meollo de la cuestión. Debemos dejar de sorprendernos por actuaciones como la de Almería o Córdoba porque, sencillamente, si la Iglesia católica actuara de otro modo ya no sería la Iglesia católica. En su radicalismo e hipocresía radica su poder de captación de los grupúsculos más radicales y que, en plena crisis, acaparan aún más poder. Esos mismos que ahora de movilizan, por ejemplo, para impedir el nombramiento de Carmen Vela como secretaria de Estado de Investigación por haber apoyado la ley del aborto.

Eso sí, mientras la Iglesia veta a una mujer por haberse casado con un divorciado, defiende a capa y espada una monarquía en la que el heredero ha hecho exactamente lo mismo, o comparte pancarta en manifestaciones provida con la segunda del PP -partido plagado de divorciados y casados en segundas  y terceras nupcias-, Dolores de Cospedal, usuaria de la fecundación in vitro.

La hipocresía de la Iglesia católica es histórica, capaz de arrimarse al sol que más calienta si con ello puede acaparar un poco más de poder, capaz de admitir y negar al tiempo la misma cosa si lo que quita por un lado lo recoge, aunque sea bajo cuerda, por el otro. Así que, por favor, no nos llevamos las manos a la cabeza -aunque sigamos protestando- cuando escuchamos las atrocidades que realiza esta institución, como tampoco las justifiquemos por las buenas acciones que realiza. Como siempre digo, una buena acción no hace menos mala a una atrocidad.Y la Iglesia tiene demasiadas atrocidades a sus espaldas.