Confianza por los suelos
Considerando que el Gobierno del PP dijo por activa y por pasiva que no subiría los impuestos. Y los subió. Considerando que dijo que no abarataría el despido. Y lo ha abaratado. Considerando que ha mentido con sus argumentos para eliminar la Educación para la Ciudadanía y que ha mentido para retirar sin previo aviso y a traición el temario de las oposiciones a maestro.
Considerando que el Gobierno del PP negó el copago y ya lo ha introducido en Justicia, que no respeta el dictamen del Tribunal Constitucional sobre la ley del aborto y que ni siquiera en el seno del Ejecutivo tiene unanimidad en lo que se refiere a la ley de matrimonio de personas del mismo sexo.
Considerando que los ministros de Economía, de Hacienda, de Interior, de Empleo y el mismo presidente del Gobierno se han contradicho en diversas ocasiones en materia económica y que no fueron capaces de ponerse de acuerdo sobre la cifra de déficit de 2011. Y considerando que todo eso ha sucedido en menos de dos meses de Gobierno...
¿Qué confianza puedo uno tener en que no es cierta la información de ayer de Reuters, que sugería que el Gobierno de Rajoy ha inflado artificialmente la cifra de déficit de 2011 para apuntarse el tanto de su mejoría? Hasta tres fuentes anónimas confirmaban la noticia. Considerando además, que la Comisión Europea (CE) tardó seis horas en desmentir la noticia, que vaciló antes de hacerlo y que la imagen mostrada fue de 'cogida in fraganti'... ¿de veras se puede creer ciegamente la rotunda negativa del Gobierno al presunto engaño?
Más aún considerando que si la CE hubiera confirmado la noticia habría supuesto un golpe cuasi mortal para el euro, un día antes del día que uno de sus señores feudales, Sarkozy, hace oficial su candidatura a la reelección presidencial. Así es complicado generar confianza, no ya en los mercados, sino en la propia ciudadanía. Y el PP lo sabe, como también sabe que adelantar los Presupuestos Generales del Estado -y su batería de recortes sociales- antes de las elecciones andaluzas, como ayer le exigió Europa, puede agriar la fiesta a Arenas. Ganar, ganará, pero no con la holgura que ya ha celebrado en público y en privado.
¿Qué hará Rajoy ahora para ganar la confianza de quien nunca la tuvo y recuperar la que ha perdido de sus fieles?
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