Personaje del día: Absuelto y cesado

Llegados a este punto, la sentencia era más que predecible y para el PP y colectivos de ultraderecha como Manos Limpias la condena habría venido como un regalo, como la copa y el puro después de su particular banquete. No ha sido así. ¿Por qué? Sencillo: no era necesario -Garzón ya estaba fuera de circulación de por vida- y una condena habría dado una pésima imagen exterior de España... esa "marca España" que tanto gusta a Rajoy y que prefiere proyectar a costa de lo que sea.

¿Y el Supremo? Sus magistrados ya arrastraban una imagen popular de parciales, conservadores rozando lo 'facha'. No lo digo yo, era -y probablemente es- el sentir popular. ¿Qué ganaría, pues, el Tribunal con una condena a Garzón? En realidad nada, reconfirmar lo que para muchos ya ha confirmado con anterioridad. Y con todo, muchos de los que defendieron al Poder Judicial en los procesos de Camps o en el que inhabilitó a Garzón hoy reprochan la, a sus ojos, mano blanda de la magistratura.

Nunca llueve a gusto de todos y hoy, probablemente, de ninguno. La derecha más recalcitrante porque 'ansiaban sangre judicial' que no ha llegado finalmente; la izquierda o, sencillamente, la justicia social más básica porque hubiera deseado que el motivo del fallo fuera el convencimiento de que Garzón no merecía condena y no tratar de limpiar en vano una imagen que ya está más que envilecida.