Personaje del día: Antídoto contra el colapso moral
¿Por qué movimientos como Occupy London o el 15M son tan importantes? La respuesta es sencilla, aunque la explicación no lo sea tanto: Porque son el mejor antídoto contra el colapso moral que vivimos en la sociedad. El capitalismo, en contra de lo que opinen quienes lo sustentan y se han enriquecido con él, ha matado a más personas que cualquier guerra que podamos imaginar, que cualquier suma de guerras. ¿Y saben por qué? Porque incluso éstas son un mero instrumento del capitalismo, un modo de resolver problemas que amenazan al 1% de la población -la élite económica, ni siquiera política-, frente al restante 99%.
A pesar de esta diferencia en número, el colapso moral se ha apoderado de todos nosotros, de ese 99% de la población, sometiéndonos a un profundo lavado de cerebro. Las consecuencias directas son varias: desde el conformismo, a la resignación o, lo que es muchísimo peor, a la justificación. Estamos tan extraordinariamente atravesados por el capitalismo, por esa auténtica cárcel estructural mundial, que justificamos nuestras propias acciones, esas que contribuyen a perpetuar la estructura asesina.
El colapso moral nos ha llevado a votar a quienes no han hecho méritos para representarnos legítimamente, a sucumbir a los cebos que nos arroja de vez en cuando el 1%, a pensar que nuestro consumismo, nuestra ansias de capitalismo es un derecho adquirido, cuando en realidad es nuestra maldición. El colapso moral ha dado carta blanca al capitalismo para anular nuestras mentes, para hacernos dejar de pensar cosas tan elementales como para qué demonios queremos un móvil con una cámara con 41 megapíxeles o que hay detrás de la fabricación de los deseados iPads... o de un pantalón de Zara... o por qué existen cada más avances tecnológicos que facilitan el trabajo y, sin embargo, tenemos que trabajar más y más...
Movimientos como Occupy London o 15M, en contra de lo que opinan muchos, rompen ese colapso moral... y mental. Despiertan conciencias, contribuyen a situarnos o, al menos, a acercanos a la realidad, que va mucho más allá de lo que dicen los actuales partidos políticos, sindicatos o pensadores de papel cuché. Piensen, piensen, piensen...
...y salgan a la calle, ayuden a seguir removiendo conciencias, ya sea el 29F o el 12M. Combatan este colapso moral.
A pesar de esta diferencia en número, el colapso moral se ha apoderado de todos nosotros, de ese 99% de la población, sometiéndonos a un profundo lavado de cerebro. Las consecuencias directas son varias: desde el conformismo, a la resignación o, lo que es muchísimo peor, a la justificación. Estamos tan extraordinariamente atravesados por el capitalismo, por esa auténtica cárcel estructural mundial, que justificamos nuestras propias acciones, esas que contribuyen a perpetuar la estructura asesina.
El colapso moral nos ha llevado a votar a quienes no han hecho méritos para representarnos legítimamente, a sucumbir a los cebos que nos arroja de vez en cuando el 1%, a pensar que nuestro consumismo, nuestra ansias de capitalismo es un derecho adquirido, cuando en realidad es nuestra maldición. El colapso moral ha dado carta blanca al capitalismo para anular nuestras mentes, para hacernos dejar de pensar cosas tan elementales como para qué demonios queremos un móvil con una cámara con 41 megapíxeles o que hay detrás de la fabricación de los deseados iPads... o de un pantalón de Zara... o por qué existen cada más avances tecnológicos que facilitan el trabajo y, sin embargo, tenemos que trabajar más y más...
Movimientos como Occupy London o 15M, en contra de lo que opinan muchos, rompen ese colapso moral... y mental. Despiertan conciencias, contribuyen a situarnos o, al menos, a acercanos a la realidad, que va mucho más allá de lo que dicen los actuales partidos políticos, sindicatos o pensadores de papel cuché. Piensen, piensen, piensen...
...y salgan a la calle, ayuden a seguir removiendo conciencias, ya sea el 29F o el 12M. Combatan este colapso moral.
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