Personaje del día: Ministro gris
La intervención del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, hoy en el Congreso no ha podido ser más lamentable. No sólo ha legitimado las brutales actuaciones de la Policía Nacional en Valencia el pasado mes de febrero, sino que las ha aplaudido y elogiado. Las mismas agresiones que todos pudimos ver en los medios de comunicación y que periódicos extranjeros criticaron sin dudar por su evidencia aplastante.
Los diputados valencianos de PSOE e Izquierda Plural, que fueron víctimas del "molinillo y calor negro" desplegado por la Policía, junto al de ERC han sido los únicos que han demostrado en la cámara signos democráticos, porque incluso el Presidente de la comisión de Interior ha dejado mucho que desear.
Tiene que ser duro ser cómo Fernández Díaz. Tiene que ser duro sea como fuere: tanto si realmente se cree lo que ha dicho, como si se mantiene en el cargo sin creérselo después de manifestarlo. Duro en todo caso, y penoso... y gris. Lo que él ha presentado como un "informe objetivo" y como "toda la película, no sólo un fotograma", no ha sido más que un relato parcial, zafio, interesado y absolutamente deshonesto de la realidad. Dicho de otro modo, ha tratado de justificar lo injustificable con el único apoyo del poder que le da la mayoría absoluta conseguida con una ley electoral injusta.
Una pena que se haya esfumado el "exceso" policial que el 21 de febrero el propio Díaz Fernández sí veía. O igual no, igual no se ha esfumado pero le ha dado lo mismo. Igual ha sido eso, precisamente, lo que ha aplaudido. Una pena.
Los diputados valencianos de PSOE e Izquierda Plural, que fueron víctimas del "molinillo y calor negro" desplegado por la Policía, junto al de ERC han sido los únicos que han demostrado en la cámara signos democráticos, porque incluso el Presidente de la comisión de Interior ha dejado mucho que desear.
Tiene que ser duro ser cómo Fernández Díaz. Tiene que ser duro sea como fuere: tanto si realmente se cree lo que ha dicho, como si se mantiene en el cargo sin creérselo después de manifestarlo. Duro en todo caso, y penoso... y gris. Lo que él ha presentado como un "informe objetivo" y como "toda la película, no sólo un fotograma", no ha sido más que un relato parcial, zafio, interesado y absolutamente deshonesto de la realidad. Dicho de otro modo, ha tratado de justificar lo injustificable con el único apoyo del poder que le da la mayoría absoluta conseguida con una ley electoral injusta.
Una pena que se haya esfumado el "exceso" policial que el 21 de febrero el propio Díaz Fernández sí veía. O igual no, igual no se ha esfumado pero le ha dado lo mismo. Igual ha sido eso, precisamente, lo que ha aplaudido. Una pena.
esta intervencion es mas que penosa,es una falta a la justicia y la democracia es una burla a los ciudadanos que vemos como el poder hace todo lo posible por callar las opiniones diferentes y quieren hacernos ciegos ante la evidencia indiscutible......
ResponderEliminarEs castiga l'efervescència de la dignitat, la noblesa de l'esperit de lluita contra la injustícia, l'esperança del canvi enfront l'immovilisme. Es premia el silenci, l'acceptació del subsidi fins que es pugui, el comandament a distància, IKEA i els seus sofàs. Dignitat o submissió? Adoctrinament o pensament propi? Desesperança o un futur de lluita compartida? Joventut o renúncia?
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