Familia no es family
Una cosa ha dejado bien clara Rajoy desde que llegó al Gobierno: España es como una familia, que acaba de recibir una herencia llena de deudas y se tiene que apretar el cinturón. Una familia, como suele decir él, que no puede gastar sine die 1.200 euros todos los meses si sólo ingresa 1.000. Una familia, eso sí, que no recorta gastos, los "regulariza"; a la que no se sube los impuestos, se "cambia la ponderación"; a la que no se priva de educación subiendo tasas y recortando becas, sino que se "racionaliza"...
Pero hete aqui que en esta familia, como en tantas otras, hay hijos predilectos, de esos por los que los padres tienen preferencia y otorgan privilegios. Hijos que tienen más ahorros e ingresos que cualquiera, aunque a diferencia de otros hijos, no se han preocupado por formarse correctamente. Pero para eso está papá que les pagará los cursos, a pesar de que esos preferidos podrían pagarse sus clases particulares.
Eso es lo que hace el ministerio de Economía con sus altos cargos, según el BOE del pasado 28 de abril, en un contrato de un valor estimado de 685.440 euros para clases presenciales de inglés, francés y alemán. La familia no es lo mismo que la family, ya se sabe. ¿Realmente era necesario que el Estado afrontara este coste para unos altos cargos que ya gozan de privilegios inmorales en época de crisis -y fuera de ella-? ¿Era imprescindible robar al ciudadano ese dinero para costear cursos a quienes más posibilidades tienen, mientras se recortan las becas a quienes no se pueden permitir una educación que el mismo Gobierno ha encarecido?
Si Rajoy advertía que viernes tras viernes se anunciarán reformas, quizás, debería ser consciente de que día tras día su Gobierno da más motivos al pueblo para salir a las calles a reclamar lo que es justo, que es de lo que cada viernes, Rajoy se aleja un poco más.
100% de acuerdo. Se podrían escribir miles de páginas sobre las causas de la situación actual y en conclusión llegaríamos a afirmar que la mayoría de los ciudadanos (no sólo de este país) no son la causa del problema (salvo cuando votamos creyendo votar al menos malo y nos equivocamos), pero en ese caso seriamos en parte responsables que no culpables del desastre en que estamos y del que está por venir.
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