Justicia contra el abuso policial
Hoy desayunamos con una buena noticia: Por primera vez, cuatro mossos ingresarán en prisión por torturas... a pesar de los intentos del Gobierno y su Consejo de Ministros por evitarlo. Sin embargo, ni siquiera su indulto parcial, que dejaba la pena en dos años de cárcel -lo que a efectos prácticos podría significar que no darían con sus huesos en prisión-, ha conseguido que estos delincuentes con porra se fueran de rositas. Y es una buena noticia para todos, para la sociedad en su conjunto y para el propio cuerpo de los mossos d'esquadra, que verá expulsados a quienes nos son dignos de vestir el uniforme.
¿Cuántos casos más habrá como éste? ¿Cuántos se habrá tratado de ocultar por parte de las propias fuerzas y cuerpos de seguridad y por las instituciones políticas? No podemos obviar pasados informes de Amnistía Internacional alarmando de los abusos por parte de la policía o de medidas de urgencia adoptadas por alguna fiscalía -las menos- de instalar cámaras de videovigilancia en los calabozos para evitar las torturas.
No es nada nuevo, pero conviene recordarlo: España, sus instituciones, empresas y organismos públicos son unos de los más opacos de toda Europa. La Administración Pública se lleva la palma en esta ausencia de transparencia. A diferencia de otros países, como Reino Unido, donde incluso se publican los nombres y apellidos de los agentes condenados por abuso policial -medida, quizás, excesiva-, nuestro ministerio del Interior hace todo lo posible por no facilitar ningún dato.
El pasado 21 de mayo, solicité a Interior las estadísticas referidas a policiales nacionales expedientados por abuso policial en 2011. Desde entonces, ni una sola llamada, ni un sólo correo por su parte. Más de un mes y medio sin tener más noticia que dos conversaciones telefónicas, tras más de 30 llamadas telefónicas, y conseguir comunicar con la única persona que, al parecer, puede facilitar los datos. ¿Su respuesta? "No es que no te los queramos dar, es que todo lo que son cifras lleva tiempo".
Esperaremos, pues.
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