Rajoy quema la Democracia

"Usted ha realizado los mayores recortes sociales de la historia de la democracia española". "Ha congelado las pensiones porque ha sido incapaz de gestionar la economía". "La gente no invierte porque no confía en el Gobierno". "Es imposible que este Gobierno pueda dar confianza". "El balance de su gestión es más paro, más deuda, más impuestos y más subida de precios, menos políticas sociales y menos dinero en el bolsillo de los ciudadanos". "No se va a arreglar la economía porque nadie confía en ellos".

Todas estas frases se podrían haber escuchado ayer en el Congreso por parte de la oposición, pero no. Son palabras del propio Rajoy dirigidas a Rodríguez Zapatero en 2011, apenas un mes antes de las elecciones autonómicas. Ayer, Rajoy se adjudicó el dudoso honor de dinamitar por completo el Estado de bienestar en España; nadie en toda nuestra Historia reciente había retrocedido de ese modo en materia de derechos sociales, nadie jamás impulsó de un modo tan incompetente la recesión, nadie nunca estranguló económicamente a los ciudadanos con la intensidad como lo hace el Gobierno de Rajoy.

Quizás, una de las intervenciones más acertadas en el Hemiciclo fue la de Cayo Lara, que reclamó una consulta popular al pueblo pues ya no es el PP quien nos desgobierna, sino Bruselas. Se ha cedido soberanía nacional sin consultar a quien la atesora. Nuestro presidente del Gobierno ha asumido el papel de empleador, de jefe, cuando en realidad es un empleado. Motivo más que suficiente para ser despedido.

Y el pueblo salió a la calle, apoyando a los mineros -cuya protesta se diluyó ante tamaño atentado a la Democracia- y los disturbios se reprodujeron. Y volvieron a llegar fotografías y vídeos de agresiones por parte de antidisturbios a ciudadanos ajenos a la manifestación, brechas a periodistas, pelotazos de goma a los reporteros...Y para esta misma semana, llegarán nuevas movilizaciones ante los recortes anunciados por Rajoy, que no hacen más que ir en contra de absolutamente todo lo prometido cuando estaba en la oposición, cuando andaba de gira por España durante la campaña electoral y mintió a la ciudadanía.

Y ayer, como expresión máxima de su mentira, de su desfachatez, de su apropiación indebida de la soberanía nacional -que regala a los mercados- estaba Gallardón, aplaudiendo de pie las medidas contra el despilfarro de los ayuntamientos después de que él fuera quien generó la mayor deuda de un consistorio en la Historia de España.

Nota: Ayer, una vez más, la Policía Nacional faltó al mandato constitucional de "proteger el libre ejercicio de derechos y libertades y garantizar la libertad ciudadana". Algún día, todo eso, se volverá en su contra porque no conduce a nada bueno dar el salto de Fuerza de Seguridad a mercenario de un Gobierno que ha quedado deslegitimado.