De Moncloa al Pardo

La purga de periodistas de reconocido prestigio que se ha llevado a cabo tanto en RNE como en TVE no ha sido ni suave ni progresiva, como barruntaban algunos, aunque se aproveche el verano y los fines de semana para hacerlo. El viernes -aunque el clamor popular se produjo el sábado- alcanzó el punto más álgido, cesada la mediática Ana Pastor. Aún hay que esperar a ver los resultados, pero los antecedentes de los reemplazos auguran lo peor, con la 'escuela de Telemadrid' -y sus denuncias por manipulación por parte de los propios trabajadores de la televisión autonómica- por detrás.

A este movimiento se suma, además, la amenaza en toda regla realizada a Facua, tirando para ello de la 'doctrina Esperanza Aguirre', que ya en Madrid ha estrangulado económica hasta la asfixia a las asociaciones que le resultaba incómodas, incluidas las que luchaban en la prevención del SIDA. De estas dos acciones del Gobierno se desprende el nuevo -o no tan nuevo, insisto- karma del Ejecutivo: "Tras imponer con decretazos, nosotros te contamos lo que realmente pasa en el mundo y tú asientes con la cabeza sin rechistar". El problema es que la tecnología y la movilización social han evolucionado más rápidamente que los viejos métodos represores.

En este sentido, qué irónico es que ABC publique una entrevista al periodista Lanata hablando de Argentina en el que arranca asegurando que la prensa se entiende "como un agente de distorsión social. Lo mismo sucede en Ecuador y en Venezuela... Para ellos es una fuerza de ocupación con la misión de tergiversar los hechos". El títular ya era sugerente: "no vivimos en una dictadura pero la forma de gobernar se le parece". El diario progubernamental podría aplicar esas mismas frases a España.

Quizás Rajoy, para redondear su regresión al pasado, debería ir pensando en mudarse de la Moncloa al Pardo.