El ciudadano no sobra, falta

La banca ha empleado la mayor parte de estas ayudas para seguir haciendo negocio comprando deuda pública con la que las Administraciones han financiado sus déficits. Deuda que el Gobierno sigue aumentando para, precisamente, seguir auxiliando a los bancos. No hace falta ser Keynes para darse cuenta de que no tiene mucho sentido estrangular a quien ha de activar el consumo, es decir, la ciudadanía, mientras ni siquiera se depuran responsabilidades entre quienes están agotando las arcas nacionales.

Se ha dicho muchas veces: para la derecha, el socialismo sólo es bueno cuando se trata de nacionalizar las pérdidas de los bancos, el fruto de su estafa continuada durante años. Eso es, precisamente, lo que está haciendo en estos momentos, hundiendo aún más al país. Sin embargo, cuando hubo -y haya- ganancias, volverá la propiedad privada, ya no será nuestra banca, sino la de unos cuantos capos.

Visto así, ¿no se entiende aún más que buena parte de los catalanes se quieran independizar de España? Visto así, ¿no le dan ganas a usted de independizarse de ESTA España? Instintivamente, ese el primer sentimiento que aflora; sin embargo, si uno lo piensa dos veces, no es el ciudadano el que sobra, sino el que falta, y este Gobierno el que no sólo es prescindible, sino manifiestamente extirpable. Tras ocho meses de toques de atención y advertencias -nadie puede decir que el pueblo no quiso hacerlo de un modo suave-,, ha llegado la hora de tomar medidas más contundentes, de al menos intentar que España entre de lleno en la senda de la democracia y deje de caminar por el borde, como ha hecho desde hace demasiado tiempo ya.