Gracias, rey, hoy me siento más republicano

El tinte político por parte del monarca es, sencillamente, imperdonable y, desde luego, requiere de una explicación por parte del Borbón. ¿A qué se refiere exactamente con "perseguir quimeras"? ¿A la independencia de Cataluña? Sea como fuera, aún más grave si cabe, es su llamamiento a escurrir el bulto, a no "debatir si son galgos o podenco quienes amenazan nuestro modelo de convivencia".

Precisamente ahora más que nunca es necesario señalar a quienes lo amenazan para así, poder expulsarlos. No sorprende que el Borbón apueste por mirar a otro lado y hacer ese falso llamamiento a la unidad, tirando de la misma filosofía de la Transición, esa de meter la basura bajo la alfombra -como en el caso Urdangarín-, que nos ha traído tantos problemas. Y no sorprende porque él es parte del problema, de un modelo caduco que, cuando menos, debería someterse a referéndum.

Las reacciones políticas de cualquier demócrata de bien debería ser sólo una: "el rey se ha equivocado". Pero considerando que en este santo país esos demócratas de bien aún no se han percatado de que los términos "democracia" y "monarquía" son opuestos, ´¿qué podemos esperar?