La gente lo pasó mal

Rubalcaba se sentó anoche ante seis periodistas con su guión de anécdotas -señoras de Cuenca incluida- y lo escupió aunque con ello no respondiera a las preguntas formuladas. La otra premisa con la que llegó el secretario general del PSOE fue trasladar a los espectadores una idea-fuerza: "la gente lo está pasando muy mal". Más de media docena de veces lo repitió, incluso, cuando se le preguntó qué opina de que ni de lejos su valoración entre los ciudadanos se acerque al aprobado (un 2,1 según el último Observatorio de, precisamente, la Cadena Ser). Y durante su entrevista, aún lo pasó peor.

Tuvo suerte, no obstante, Rubalcaba porque ni siquiera los diarios gubernamentales se ceban con su entrevista por andar demasiado entretenidos alabando la carrera de su musa Aguirre. Incluso el diario que de tanto hacer guiños al PSOE se quedó ciego, relega la entrevista al que fuera el candidato Alfredo a lugares residuales, volcándose en el monográfico a la 'lideresa' y su delfín. No sorprende, tampoco hay mucho en lo que ahondar, salvo reforzar la idea de la oposición frontal a cualquier independencia catalana y poco más.

Curiosamente, Rubalcaba reclamó a Rajoy, del que dijo que "el país se le está yendo de las manos", que escuche a la ciudadanía. Consejo que habría tenido algún sentido si hubiera añadido, "que no caiga en el error que caímos nosotros y nos costó una humillación electoral". ¿O ha olvidado Rubalcaba, por ejemplo, cómo el Gobierno socialista cambió nuestra Constitución por la vía rápida, sin consultar al pueblo soberano, para sentar un techo de déficit que sentaría las bases para los recortes más salvajes a nuestro Estado de bienestar?