Mañana llega el cobrador

Mañana toda España está convocada a la macro manifestación que tendrá lugar en Madrid, para protestar pacíficamente contra las políticas emprendidas por el Gobierno. Una marcha que funde todas las reinvindicaciones colectivas en una sola: buen gobierno. Eso pasa por anteponer la justicia social por encima de los intereses económicos de ricos, banqueros y grandes empresarios.

Buen gobierno es no discriminar con medidas tan estrambóticas como las anunciadas ayer por Dolores de Cospedal para los inmigrantes ilegales, a los que se les niega indirectamente, incluso, la asistencia en los partos: una mujer que dé a luz sin que durante el parto sufra ningún tipo de complicación tendrá que pagar 2.369,48 euros... si precisa cesárea con complicaciones, súmense 4.392,77 euros. Dicho de otro modo, que los inmigrantes ilegales den a luz en sus casas... o en la parada de un autobús o de metro.

Buen gobierno es no mentir y no dar continuos bandazos en las políticas. El último, la más que probable cancelación de la ley de mecenazgo, que se dibujaba como un pequeño salvavidas para el mundo de la cultura tras el tajo a las subvenciones y la sangrante subida del IVA hasta el 21%. Buen gobierno es contar a los españoles qué sucede y qué sucederá: no contárselo sólo a los finlandeses.

Y no para. Como no deben parar las ganas por cambiar esto, de obligar a este Gobierno a cambiar radicalmente sus políticas y, de no hacerlo, a echarlo del poder pues con sus mentiras ha quedado totalmente deslegitimado. Con sus mentiras, tiene el dudoso honor de haber consumado el primer golpe de Estado de la democracia. Lo de Tejero, un juego de niños comparado con el modo en que Rajoy y su partido han estafado a su electorado, el que le dio la mayoría absoluta para poner en marcha políticas que nada tienen que ver con las seguidas. Y eso tiene un precio y el PP lo ha de pagar.

Mañana, llega el cobrador. Mañana, llegamos todos.