Políticos low cost

Choca escuchar esta medida de la número 2 del PP, considerando que durante mucho tiempo ha sido la política mejor pagada de la escena española, recibiendo más de 250.000 euros anuales gracias a tres sueldos simultáneos: secretaria general del PP, senadora y diputada regional, aunque durante mintiera sobre ello. Incluso sorprende este nuevo bandazo político de Cospedal después de que el pasado mayo su propio partido impulsara que las Cortes de Castilla-La Mancha aprobasen la reforma de la ley electoral, que implicaba aumentar de 49 a 53 el número de diputados autonómicos.

Incluso, y es que la hemeroteca es muy traicionera, uno alucina con la presidenta regional cuando lee que este mismo verano reivindicaba que "la inmensa mayoría de los políticos se dedican a esto de buena voluntad, trabajando mucho, dejando en ello mucho esfuerzo, quitándole mucho tiempo a su familia y a su vida particular" y "lo hacen por un salario normal". Lógicamente, muchos discrepamos en su día de estas declaraciones, pero que sea ella misma la que se desdice ahora, pues no deja de ser curioso.

En todo caso, Castilla-La Mancha no es precisamente la comunidad que más paga a sus diputados. De hecho, de poner en práctica su propuesta, tan sólo ahorraría 65.500 euros mensuales, es decir, que la medida sería más simbólica -que tampoco viene mal- que otra cosa. Diferente sería, por ejemplo, en otras comunidades gobernadas por el PP, como es el caso de Aragón, cuyo presupuesto para el Parlamento autonómico es de 30 millones de euros anuales, frente a los 9 de Castilla-La Mancha a pesar de sus grandes diferencias de población.

Cospedal no se ha enterado de nada. Y no extraña porque, como le sucede a la mayor parte de los políticos, sean del signo que sean, está tan alejada de la realidad a pie de calle que no sabe lo que demanda el ciudadano. El pueblo quiere políticos bien preparados con vocación de servicio público, pero es no significa trabajar gratis, pues precisamente lo que se les exige es dedicación plena y eso hay que pagarlo. No parece que fuera muy buena idea que un abogado del Estado -como son muchos políticos, aunque también los hay como José Blanco que sólo son Administrativos-, se dedique a gobernar como si fuera un hobby. Es cierto que hay que redimensionar el número de representantes políticos que tenemos en España a todos los niveles, sometiendo a profundas reformas las dos Cámaras (Congreso y Senado) y, por supuesto, la ley electoral, pero los políticos han de cobrar un salario digno por su trabajo.

El problema es que muchos de los políticos han tergiversado el significado de 'trabajo' y de 'digno' y ni tienen la dedicación que debieran -mucho menos su vocación de servicio público- ni desean ajustar su sueldo a una cifra justa, entendiendo ésta por mucho menos que 100.000 euros al mes, incluso 50.000 euros en muchos casos.

Sea como fuere y si alguno de los políticos manchegos temen por su futuro si se quedan sin sueldo -por aquello de tener casi un 25% de paro-, que recuerden la receta Cospedal: "la artesanía puede ser una gran salida para los parados".