Sólo intimida quien se siente amenazado

Sea como fuere, Cifuentes, presionada directamente por el ministerio del retrógrado Fernández Díaz, acosa a esta plataforma ciudadana, no sólo con detenciones más que dudosas durante la pasada manifestación del 15S, sino acordonando y solicitando identificaciones "por reunión no autorizada" en el Parque del Retiro. Algo que a todas luces no tiene sentido -más allá que el de atemorizar- pues ningún español ha de solicitar derecho para reunirse... desde tiempos de Franco, claro, cuando ni siquiera estaba permitido.

Tratar de legitimar abusos de autoridad y recortes de derechos constitucionales -a los sociales ya nos tienen acostumbrados- es un actitud muy peligrosa por lo que puede generar en la sociedad, más aún en una como la española, que no veía ciertos comportamientos desde la Dictadura. Algunos compañeros periodistas se sorprenden cuando ven el hashtag #HolaDictadura en Twitter, pero ¿acaso no hemos retrocedido varias décadas con algunos comportamientos por parte del Gobierno?

¿Qué tiene de democracia madura, no sólo no escuchar a la sociedad y llegar al poder de manera fraudulenta, sino tratar de acallar al pueblo soberano mediante amenazas, modificando las leyes para intimidar a los opositores? Fernández Díaz ya admitió en el pasado "haber forzado el ordenamiento jurídico" para prolongar las detenciones preventivas; su nuevo código penal se olvida de la corrupción política y carga contra quienes se crucen en el camino de las políticas injustas del PP. En todo caso, esta represión e intimidación son, en cierto modo, buena señal, porque denotan el nerviosismo, diría que incluso miedo, de los de arriba, sabedores del poder contagioso de estos movimientos democráticos del pueblo. Sólo intimida quien se siente amenazado, quien ve en peligro su estatus.

Peligroso, muy peligroso como digo el camino que ha decidido emprender el Gobierno del PP. Hoy mismo, en plena huelga del transporte, algunos de mis colegas ya avisan de cargas policiales, incluso de la seguridad privada, en la estación de Atocha de Madrid. Y no pasará nada, y sólo serán culpables quienes protestan, no quienes reprimen. Si esa es su idea de democracia, habrá que hacer cuanto esté en nuestra mano para hacerle cambiar de opinión o apearle del poder antes de que siga legitimando instrumentos para mantenerse en los alto, lo que hace un año era ilegal.

Decía Platón que "quien ocupe el lugar de las leyes debe ser condenado a muerte” y, además, hay que buscar la manera de “que se le mate rápidamente” para evitar que cambie las leyes a su libre albedrío. Y eso mismo, trasladado a nuestro sistema democrático -'condenado a muerte' sería 'expulsado de la política'- es lo que el pueblo debería hacer con quien se apropie de las leyes para gobernar para unos pocos, en lugar de para todos.