Propaganda real

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, quiere españolizar a los niños de Cataluña a través del colegio y Rajoy nos quiere hacer monárquicos a través de la televisión. Este sábado arranca Audiencia Abierta, el programa dedicado a contarnos de la monarquía sólo lo que nos quieren contar, no la realidad. El programa, más allá del primer episodio (quizás el segundo), está llamado a ser un fracaso absoluto de audiencia, por la sencilla razón de que el pueblo no es tonto.

A nadie escapa, salvo a los monárquicos más recalcitrantes, que con el dinero de todos los españoles se está financiando propaganda barata para la Casa Real, intentando transmitir una imagen que no es. Una media verdad, que como tal, es una mentira, por mucho que el comunicado de RTVE hable de programa con vocación "claramente informativa" que dará a conocer "en profundidad" las competencias, el funcionamiento y la acción cotidiana del Jefe del Estado.

En el momento en que la imagen de la Casa Real está más deteriorada, el Gobierno recurre a la propaganga. Va cubriendo todos los pasos: llegada al poder de manera fraudulenta, imposición de sus medidas al pueblo, obsesión por un patriotismo casposo, recortes de los derechos civiles, represión policial y, ahora, propaganda. Todos los ingredientes para retrotraernos peligrosamente a tiempos pretéritos.

La incógnita a resolver en esta ecuación es: ¿está el pueblo dispuesto a tolerar este retroceso en sus libertades? Diría que no y que hará todo cuanto esté en su mano para evitarlo. Además y como ya he apuntado en alguna ocasión, nada tiene que perder quien nada tiene. Y cada vez son más los que no tienen absolutamente nada.