Báñez dimisión
¿Cómo puede ser que el país que mayor tasa de paro tiene en Europa no acuda a una cumbre europea del empleo? Se lo diré yo: del mismo modo que el ministerio de Economía recibe el rescate a la banca, 40.000 millones de euros de nada, y ni siquiera se entera. ¿Qué confianza puede inspirar un Gobierno que ya de por sí había perdido toda credibilidad con sus promesas incumplidas?
Recuperar la confianza siempre es una labor ardua, compleja e ingrata para quien ha de hacerlo, porque durante mucho tiempo sus esfuerzos por recobrarla no son valorados. Es la suma de muchos de estos gestos lo que a medio plazo da sus primeros frutos. En el caso del PP, su mentira continuada, su violencia y su interminable lista de ineptitudes hacen que sea ya imposible que el grueso de la ciudadanía vuelva a confiar en su Gobierno.
¿En qué cabeza cabe que por asistir al cóctel de los actos de la Constitución la minista Báñez no fuera a la reunión en la se discutían los fondos de ayudas contra el desempleo? ¿Qué hiciero otros países que se encuentran en mejor situación que nosotros en materia de paro? Italia mandó dos ministros; Francia, tres y Suecia, a cuatro. Tampoco asistió Ana Mato, que había sido invitada expresamente.
Los hechos hablan por sí solos y son total y rotundamente injustificables. Mientras Gallardón acusa a la judicatura de moverse sólo por dinero, nuestra ministra de Trabajo lo hace por una copa de vino. Efectivamente lo segundo es una simplificación -lo primero, una prueba más de cinismo de Gallardón-, pero la ausencia de Báñez en la cumbre europea es motivo suficiente para que sea fulminada en el acto. Es lo menos que puede hacer por esa cuarta parte de la población activa a la que no se deja trabajar.
Recuperar la confianza siempre es una labor ardua, compleja e ingrata para quien ha de hacerlo, porque durante mucho tiempo sus esfuerzos por recobrarla no son valorados. Es la suma de muchos de estos gestos lo que a medio plazo da sus primeros frutos. En el caso del PP, su mentira continuada, su violencia y su interminable lista de ineptitudes hacen que sea ya imposible que el grueso de la ciudadanía vuelva a confiar en su Gobierno.
¿En qué cabeza cabe que por asistir al cóctel de los actos de la Constitución la minista Báñez no fuera a la reunión en la se discutían los fondos de ayudas contra el desempleo? ¿Qué hiciero otros países que se encuentran en mejor situación que nosotros en materia de paro? Italia mandó dos ministros; Francia, tres y Suecia, a cuatro. Tampoco asistió Ana Mato, que había sido invitada expresamente.
Los hechos hablan por sí solos y son total y rotundamente injustificables. Mientras Gallardón acusa a la judicatura de moverse sólo por dinero, nuestra ministra de Trabajo lo hace por una copa de vino. Efectivamente lo segundo es una simplificación -lo primero, una prueba más de cinismo de Gallardón-, pero la ausencia de Báñez en la cumbre europea es motivo suficiente para que sea fulminada en el acto. Es lo menos que puede hacer por esa cuarta parte de la población activa a la que no se deja trabajar.
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