Dictadura con maquillaje de urnas
(Manu Fernández) |
Lo pudimos comprobar ayer por partida doble: por un lado, la aberración judicial de que ha sido objeto Alfonso Fernández, tratado como un terrorista internacional. Alfon fue detenido cuando se dirigía a un piquete informativo de la huelga general del 14-N y ha pasado casi dos meses en aislamiento en la cárcel de Soto del Real, imputándole "alarma social", un precepto que ni siquiera está incluido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECRIM). Se trata de uno de esos "forzamientos jurídicos" que al ministro del Interior Fernández Díaz tanto le gusta acometer cuando no se apoya al régimen.
Por otro lado, también conocimos cómo la Fiscalía, la misma que pretende liberar a un preso convicto del PP acusado de homicidio involuntario, está acosando e intimidando a tuiteras que citan aGramsci y Benedetti haciendo llamamientos a una libertad que el PP, sencillamente, nos ha arrebatado. Rebelarse contra la opresión de este Gobierno, contra su desmantelamiento del Estado de Bienestar, está comenzando a ser considerado por el Ejecutivo un acto de terrorismo y, dado que la separación de poderes es inexistente, el Poder Judicial toma medidas.
Uno no puede evitar acordarse de las palabras de Boaventura de Sousa Santos cuando decía que "para el neoliberalismo, la democracia no es más que una herramienta para seguir enriqueciéndose. Si encontrara otra más útil para este propósito, no dudaría en prescindir de ella". Y eso es, precisamente, lo que está haciendo el Gobierno de Rajoy, volcado en una dictadura democrática, esto es, una dictadura con maquillaje de urnas.
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