La farsa de las comisiones
El PSOE está decidido a sacar rédito electoral del caso Bárcenas que sume al PP en un supuesto caso de corrupción que poco o nada ayuda al objetivo de Rajoy de recuperar la confianza de los mercados. ¿Cómo van a confiar los inversores extranjeros si ven que el propio partido del Gobierno está sumido en guerras intestinas y casos de corrupción? ¿Cómo van a confiar si, además, cada vez que sale a la luz un borrón de este tipo, el PP (con el Gran Debate de T5) o el mismo Gobierno (con la BBC) presionan a los medios de comunicación que se limitan a informar?
Sea como fuere, Rubalcaba quiere sacar tajada del asunto y que el PSOE parezca más limpio. Sin embargo, que el PP se ensucie no hace mejor al partido de Ferraz, eso, lamentablemente, sólo lo pueden hacer las bases, las mismas que el Comité Federal ignoran anclándose a la dirección y evidenciando decadencia con, por ejemplo, ruedas de prensa sin preguntas.
Y en uno de estos intentos por sacar rédito, el PSOE exige una comisión parlamentaria de investigación. ¿De veras cree que con esta propuesta sacará beneficio electoral? ¿Creen en Ferraz que la ciudadanía valora positivamente estas comisiones? Si es así, no pueden estar más equivocados, porque sucede más bien lo contrario: el pueblo las considera una farsa, una medida cosmética que no hace más que consumir recursos, dinero y tiempo, sin resultados positivos de ningún tipo. Lo hemos visto en todas y cada una de las comisiones de investigación previas, de toda naturaleza, desde los ERE andaluces al Madrid Arena. Todas inútiles, todas pantomimas.
Lo único que hace falta es una investigación judicial correcta, más aún con las relevelaciones que hace hoy mismo un ex diputado del PP admitiendo el pago en negro de hasta 10.000 euros al mes. Eso bastaría: ver al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, presumiendo de imágenes de policía entrando en la sede del PP de Génova, registrando, y anunciando detenciones sorprendentes, como hiciera con el fallido caso de la mafia china de Gao Ping.
No veremos tal cosa; es posible que ni siquiera veamos una investigación. De hecho, desde la dirección del PP ya han dado por zanjada la polémica por los sobres y a buen seguro que desde Génova, sino desde la misma Moncloa, tratarán de desviar la atención sobre este caso con cortinas de humo. Y entonces, las concentraciones que se produjeron el otro día frente a la sede del PP -como en otras ocasiones ha sucedido en Ferraz- deberán convocarse en la Audiencia Nacional, que hoy más que nunca debe demostrar que, en contra de la creencia popular cada vez más asentada, de veras es un poder independiente.
Sea como fuere, Rubalcaba quiere sacar tajada del asunto y que el PSOE parezca más limpio. Sin embargo, que el PP se ensucie no hace mejor al partido de Ferraz, eso, lamentablemente, sólo lo pueden hacer las bases, las mismas que el Comité Federal ignoran anclándose a la dirección y evidenciando decadencia con, por ejemplo, ruedas de prensa sin preguntas.
Y en uno de estos intentos por sacar rédito, el PSOE exige una comisión parlamentaria de investigación. ¿De veras cree que con esta propuesta sacará beneficio electoral? ¿Creen en Ferraz que la ciudadanía valora positivamente estas comisiones? Si es así, no pueden estar más equivocados, porque sucede más bien lo contrario: el pueblo las considera una farsa, una medida cosmética que no hace más que consumir recursos, dinero y tiempo, sin resultados positivos de ningún tipo. Lo hemos visto en todas y cada una de las comisiones de investigación previas, de toda naturaleza, desde los ERE andaluces al Madrid Arena. Todas inútiles, todas pantomimas.
Lo único que hace falta es una investigación judicial correcta, más aún con las relevelaciones que hace hoy mismo un ex diputado del PP admitiendo el pago en negro de hasta 10.000 euros al mes. Eso bastaría: ver al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, presumiendo de imágenes de policía entrando en la sede del PP de Génova, registrando, y anunciando detenciones sorprendentes, como hiciera con el fallido caso de la mafia china de Gao Ping.
No veremos tal cosa; es posible que ni siquiera veamos una investigación. De hecho, desde la dirección del PP ya han dado por zanjada la polémica por los sobres y a buen seguro que desde Génova, sino desde la misma Moncloa, tratarán de desviar la atención sobre este caso con cortinas de humo. Y entonces, las concentraciones que se produjeron el otro día frente a la sede del PP -como en otras ocasiones ha sucedido en Ferraz- deberán convocarse en la Audiencia Nacional, que hoy más que nunca debe demostrar que, en contra de la creencia popular cada vez más asentada, de veras es un poder independiente.
Sin comentarios