Portal de empleo para aventureros
La Embajada de España en Londres acaba de inaugurar un portal de empleo para los españoles que vengan a Reino Unido. Ya saben, para esos aventureros, que diría la secretaria general de Inmigración y Emigración, Marina del Corral, que cogen un día el petate y con gusto abandonan su país, a su gente, su casa... para darle emoción a su vida (imagino que por eso, el portal incluye enlaces para alistarse en el ejército británico). Y escoge Londres, por ejemplo, una de las ciudades más hostiles que conozco.
La Embajada recibía de media unas 1.500 solicitudes al año en materia de empleo, cifra que a buen seguro se habrá disparado pues aquellos 70.000 españoles que habitábamos la isla se han disparado. Y llegan los más jóvenes con una idea equivocada de la ciudad, que es mucho más que el Big Beng, el puente de Londres, el alternativo Brick Lane o el mercadillo de Portobello. Londres es una ciudad enorme de más de ocho millones de habitantes y más de 30 distritos o councils. Londres es periferia, filas interminables de casas pegadas a una carretera, con un pub, una tienda de conveniencia y una lavandería... y punto, a más de 5 euros por trayecto para plantarse en el centro.
Londres es una ciudad en la que si usted nunca había compartido casa, aprenderá a hacerlo, con al menos tres personas más, pagando 700 euros por una habitación de de 9 metros cuadrados y sintiéndose afortunado por vivir en la zona 3... porque si marcha más lejos para abaratar el alquiler, digamos en zona 6, su abono mensual de metro y autobús le costará más de 250 euros al mes, algo difícil de pagar cuando en la mayor parte de los trabajos no cualificados el sueldo mensual apenas llega a 900 libras (unos 1.000 euros), haciendo frente a precios como 81 gramos de salami por 3 euros o un pepino por más de un euro.
Aún tengo fresco en la memoria la charla con un joven ingeniero, que llegó a la City con un nivel de inglés impecable y, con todo, le llevó un año entero trabajar en un puesto similar a lo que él había estudiado. Mientras, trabajos de supermercado, pizzerías o pubs y, aún trabajando en un empleo cualificado, con mejor sueldo, me confesaba que "sobrevivir en esta ciudad ya es suficiente trabajo".
Y en este contexto llega la web para aventureros de la Embajada, con algunos consejos básicos que, depués de hablar con muchos jóvenes que llegan aquí, no son tan básicos. La iniciativa, dadas las circunstancias, no parece mala, si bien supone admitir abiertamente que España se ha convertido en un coladero de jóvenes -y no tan jóvenes- cualificados que huyen de un país que se hunde. Habría sido más positivo si el desarrollo de la web se hubiera cuidado un poco más, no ya sólo en su aspecto austero, sino en funcionalidades -¿un portal de empleo en el que no se puede subir el CV?- y en comprobación de los enlaces a los que remite, algunos de ellos erróneos... a pesar de que se ha desarrollado desde el departamento de Tecnología del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Y con todo, el embajador Trillo avanzó en la rueda de prensa que es muy posible que la experiencia se replique en Suiza y Austria. Sí que exportamos aventureros, sí.
La Embajada recibía de media unas 1.500 solicitudes al año en materia de empleo, cifra que a buen seguro se habrá disparado pues aquellos 70.000 españoles que habitábamos la isla se han disparado. Y llegan los más jóvenes con una idea equivocada de la ciudad, que es mucho más que el Big Beng, el puente de Londres, el alternativo Brick Lane o el mercadillo de Portobello. Londres es una ciudad enorme de más de ocho millones de habitantes y más de 30 distritos o councils. Londres es periferia, filas interminables de casas pegadas a una carretera, con un pub, una tienda de conveniencia y una lavandería... y punto, a más de 5 euros por trayecto para plantarse en el centro.
Londres es una ciudad en la que si usted nunca había compartido casa, aprenderá a hacerlo, con al menos tres personas más, pagando 700 euros por una habitación de de 9 metros cuadrados y sintiéndose afortunado por vivir en la zona 3... porque si marcha más lejos para abaratar el alquiler, digamos en zona 6, su abono mensual de metro y autobús le costará más de 250 euros al mes, algo difícil de pagar cuando en la mayor parte de los trabajos no cualificados el sueldo mensual apenas llega a 900 libras (unos 1.000 euros), haciendo frente a precios como 81 gramos de salami por 3 euros o un pepino por más de un euro.
Aún tengo fresco en la memoria la charla con un joven ingeniero, que llegó a la City con un nivel de inglés impecable y, con todo, le llevó un año entero trabajar en un puesto similar a lo que él había estudiado. Mientras, trabajos de supermercado, pizzerías o pubs y, aún trabajando en un empleo cualificado, con mejor sueldo, me confesaba que "sobrevivir en esta ciudad ya es suficiente trabajo".
Y en este contexto llega la web para aventureros de la Embajada, con algunos consejos básicos que, depués de hablar con muchos jóvenes que llegan aquí, no son tan básicos. La iniciativa, dadas las circunstancias, no parece mala, si bien supone admitir abiertamente que España se ha convertido en un coladero de jóvenes -y no tan jóvenes- cualificados que huyen de un país que se hunde. Habría sido más positivo si el desarrollo de la web se hubiera cuidado un poco más, no ya sólo en su aspecto austero, sino en funcionalidades -¿un portal de empleo en el que no se puede subir el CV?- y en comprobación de los enlaces a los que remite, algunos de ellos erróneos... a pesar de que se ha desarrollado desde el departamento de Tecnología del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Y con todo, el embajador Trillo avanzó en la rueda de prensa que es muy posible que la experiencia se replique en Suiza y Austria. Sí que exportamos aventureros, sí.
Sin comentarios