Quiero ser infanta

(EFE)

Hasta 13 fincas podría haber vendido la infanta Cristina sin haberlas declarado debidamente... y sin
que la Agencia Tributaria se hubiera molestado en comprobar la información que le llegaban de los registradores de la propiedad en referencia al cambio de titulares. El DNI de la infanta se habría inscrito con errores en el registro... o en los registros, porque el supuesto error de 1,4 millones de euros se cometió hasta en 14 registros de la propiedad distintos... Y ahora, sería tarde porque los delitos podrían haber prescrito, según algunos expertos.

Recuerdo un caso cercano, hace años, de un tipo que se compró una casa con su novia cuando todavía era posible disfrutar de las desgravaciones fiscales por la adquisición de una vivienda. La historia salió mal, la relación terminó al poco tiempo y pusieron la casa en venta. No pasó ni un sólo ejercicio fiscal y Hacienda le hizo una paralela al tipo, que no ganaba ni 20.000 euros brutos al año, sancionándole. ¿Por qué? Porque este don nadie ni siquiera sabía que para poder beneficiarse de la desgravación por vivienda, ésta no se puede vender en al menos tres años y, si se hace, debe devolverse el importe de la desgravación.

La moraleja de la historia es la de siempre: cualquier don nadie corre más peligro de ser cazado por Hacienda que un pez gordo... no digamos ya que un miembro de la Casa Real que, como en el caso de la infanta Cristina, podría haber vendido hasta 13 fincas de manera fraudulenta gracias a la vista gorda de la Agencia Tributaria. Los propios técnicos de Hacienda consideran improbable que fueran errores fortuitos. Y que, tal y como se desprende de la propia versión de Hacienda, cuatro notarías de tres provincias distintas habrían cometido el mismo "error humano"; algo, por otro lado, que los controles notariales hacen sencillamente imposible.

Por eso no sorprende que sean muchos los que griten "¡Quiero ser infanta!" o, en su defecto, Ana Mato... y pasarse por el arco del triunfo la ley alegando errores de terceros o, sencillamente, ignorancia de ver cómo el dinero que circula por tu hogar y tu propio patrimonio se incrementan significativamente año a año y no te preguntes de dónde sale esa riqueza.

¿Y el Rey, dónde queda? ¿Hayan o no prescrito los delitos, qué medidas habría de tomar Juan Carlos I, el rey, no el padre? Porque, no lo olvidemos y dado que disfruta del derroche que es la monarquía, su papel como monarca prevalece en este caso sobre el de padre... son las contraprestaciones del cargo. El pueblo será implacable a la hora de exigirle contundencia, medidas ejemplares, como también lo será reclamando justicia ante los tribunales. De no llegar ésta, las consencuencias podrían ser fatales para la casa de los Borbones.