La precariedad no es mejor que el paro


No puedo decir que hoy me haya sorprendido al leer a alguien defendiendo el empleo precario. Lo hacía un antiguo jefe mío en Twitter tras preguntarme yo cuántos de los 12.000 empleos que Ignacio González dice haber creado en Madrid con la liberalización de horarios comerciales serían precarios. "Mejor eso que el paro", me ha dicho pero, ¿realmente es así? ¿Se puede decir sin el menor atisbo de duda que es mejor el empleo precario que el paro? Y la respuesta es un rotundo "no".

Una cosa es que la desesperación lleve a uno a someterse a situaciones de explotación y otra muy distinta que las consecuencias de ésta nos beneficien a medio-largo plazo. Elogiar o, al menos, tratar de otorgar mérito a quien favorece el empleo precario no es más que cavar nuestra propia fosa desde dentro del agujero mismo.

La desesperación lleva a la resignación y ésta a un futuro oscuro de cuya negrura es imposible escapar. Y es que la legitimación o, cómo ha hecho el Gobierno de Rajoy, la legalización de la precariedad y explotación laboral es el peor caldo de cultivo para la desigualdad. Los de arriba lo saben y, precisamente, crean las condiciones necesarias para propiciarlo. A fin de cuentas, en ello les va el mantenimiento de su status quo y, si me apuran, de su propia surpervivencia puesto que de descender en la pirámide social es más que probable que perecerían víctimas de su propia incompetencia.

Así pues, en un escenario ideal, siempre es preferible el paro a la precariedad laboral pues si todos siguiéramos esta máxima, a la élite no le quedaría más remedio que ofrecer condiciones dignas y, en esencia, constitucionales (dado que el trabajo digno mencionado en la Constitución hoy por hoy es pura ciencia ficción en muchos casos).

Sin embargo, no todos seguimos esa máxima y hay que comer, o porque hay que comer no todos seguimos esa máxima, condenándonos a la precariedad... pero ésta no ha de significar una cadena perpetua y la única manera de escapar de ella es no abrazando la resignación.

Por todo ello, no, la precariedad no es mejor que el paro... aunque haya que comer.
Next Post Previous Post

Sin comentarios