10 razones por las que en mayo lloraremos por el recibo de la luz

(Endesa)
Tal y como prevé el Gobierno, para el próximo mes de mayo todo el que así lo desee y disponga de un contador inteligente podrá pagar su recibo de la luz con el precio de mercado de la electricidad por horas. Sobre el papel queda bonito, pero ahora toca sudar frío y, además, sin recuperar los 1.160 millones de euros de sobreprecio que el Gobierno ha admitido que hemos pagado por las especulaciones de las subastas trimestrales (recientemente suprimidas) los cuatro últimos años.

Mientras la Directiva europea fija el año 2020 como la fecha para que el 100% de los contadores sea inteligente, nuestro Gobierno es más ambicioso y adelanta la fecha dos años. Según el Plan de Sustitución de Contadores para el año 2018 los 25 millones de contadores domésticos (potencia de hasta 15 kilovatios) habrán de ser inteligentes. ¿Qué problemas surgirán?

1. Desandar lo andado.
La buena noticia es que ya hace tiempo que las compañías comenzaron sus instalaciones. Así por ejemplo, Endesa lleva 4,5 de los 13 millones de contadores inteligentes previstos e Iberdrola, 2 millones de los 10,3 fijados. La mala noticia es que no sirven. Su instalación, según lo pautado por la legislación anterior, únicamente está configurada para tarificar en tres periodos (punta, valle y supervalle), no cada hora. Los más de 6,5 millones de contadores inteligentes instalados habrán de ser modificados. Ni siquiera los sistemas informáticos de las eléctricas están preparados para asumir tal cantidad de datos de facturación.

2. Incompatibilidad.
No existe un estándar homologado para contadores inteligentes. Cada compañía está instalado “tecnología propietaria que no garantiza la compatibilidad en un futuro”. Así lo explica Mauricio Petidier, director comercial de IAP Solutions, empresa de software que lleva años ayudando a montar redes inteligentes por todo el mundo. Este ingeniero superior de Telecomunicaciones apunta, incluso, al uso de algunos protocolos que no cuentan con el apoyo mayoritario de la industria.

3. ¿De quién es el contador?
Los contadores inteligentes se pueden comprar por unos 43 euros o alquilar a un precio que ronda los 0,81 euros/mes (hasta ahora costaba 0,54 euros). Comprarlo parece mala idea, visto que en cualquier momento los cambian para ajustarse a una nueva normativa y, además, si instala el suyo propio deberá modificarlo para adaptarlo a la tecnología propietaria de su proveedor, quedando inservible si cambia algún día de compañía. Asimismo, será de su propiedad, pero no podrá acceder a sus propios consumos.

4. Opacidad en la información.
Uno de los puntos positivos de tarificación por horas es que el usuario puede ver de manera pormenorizada cuánto y cuándo consume energía y así, trata de ser más eficiente. Petidier avanza que “las compañías no abrirán esa información al consumidor ni al mercado y, si lo hacen, probablemente sea cobrando”. En otros mercados como EEUU, los consumidores pueden ver de un modo sencillo y en tiempo real su gasto energético, incluso, a través de sus tabletas. 

Javier García Breva, experto en Políticas Energéticas y Presidente de N2E, denuncia incluso que ya se está incumpliendo la directiva de Eficiencia Energética 2012/27/UE, cuyos artículos 9 y 10 defienden que los usuarios puedan acceder a su información”. García Breva denuncia que ni siquiera la reforma del Gobierno resuelve esta problemática “para que el consumidor acceda a su contador y pueda gestionar su propia demanda energética”.

5. No estará listo para mayo.
El 1 de abril arranca el nuevo modelo, por lo que en mayo deberíamos comenzar a recibir las nuevas facturas. Fuentes de una de las principales eléctricas del país confiesan que “se va a montar tal cisco que estamos todos acojonados”. Según indica este portavoz resignado, “no hay tiempo material para hacer todos los cambios necesarios y luego volverán a decir que somos unos hijos de puta, pero es que así no se puede”.

6. Ahorros cuestionados.
Uno de los argumentos de ‘venta’ de este nuevo modelo es el supuesto ahorro de hasta un 3% en el recibo de la luz y una mayor eficiencia energética. Pretende resolver situaciones como las vividas con el último recibo, en el que el precio de referencia ha sido el del mes de diciembre, que era el doble que el de enero, en lugar de sacar la media.

Mirando a Italia, que fue pionera y ya cuenta con contadores inteligentes en el 85% de los hogares, vemos que el gasto medio por hogar en electricidad creció casi un 35% entre 2002 y 2012 (según el INE italiano). Sólo entre 2006 y 2009, que es cuando se hizo el mayor esfuerzo cambiando 35 millones de contadores, el gasto se incrementó casi un 16,3%.

Además, García Breva advierte de que en última instancia el precio lo seguirán poniendo las eléctricas en función del pool (los diferentes tipos de fuentes de energía), de modo que es relativamente sencillo producir oscilaciones artificialmente: desconecto un par de centrales y me sube el precio del pool”.

7. Desconexiones remotas.
Con las redes inteligentes no sólo es posible detectar el fraude con mayor facilidad, sino que ante situaciones de impago ni siquiera necesitarán trasladar a los operarios para clausurar el contador. Podrán cortarnos la luz desde una sala de control apretando un botón. Como efecto colateral, se destruirá más empleo pues, aun subcontratado y en precario, no son pocos los lectores de contadores de luz.

8. El Gran Hermano vuelve.
Tarificar por horas no sólo contribuye a una mayor previsión de la demanda, también a definir patrones vitales muy concretos. Viendo el consumo horario de energía es posible conocer a qué hora te levantas, te marchas a trabajar o, incluso, qué es lo primero que haces al llegar a casa. Qué, quién y para qué utilizará esos datos es algo sobre lo que el ministro Soria no ha dicho ni mu.

9. Robo a la carta.
Los más alarmistas advierten sobre robos: A través de esta definición de patrones vitales, los ladrones con habilidades informáticas no necesitarán vigilar las viviendas para averiguar cuáles están vacías y asaltarlas. Bastará con repasar los consumos energéticos por horas.

10. Problemas de salud.
Otro de los temores más extendidos en los países donde ya existe una gran base de contadores inteligentes instalados es el miedo a los efectos nocivos que puedan tener sobre la salud los campos electromagnéticos y las emisiones de radiofrecuencia que transmiten los contadores. Según Global Research, se producen de media unas 9.600 emisiones diarias, con picos de hasta 190.000 emisiones.
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