Gallardón regala 130 millones de euros al Colegio de Registradores por la vía de la privatización


El Registro Civil propiamente dicho se remonta a 1870, cuando tras la Constitución de 1869 se declara la libertad de cultos y el Estado decide que ya no puede depender de los registros parroquiales de bautismos, matrimonios y defunciones. Desde entonces, ha llovido mucho y en la última década hemos asistido a su modernización de arriba abajo.

Una renovación tecnológica y organizativa que nos ha costado a los españoles más de 130 millones de euros y de la que a partir del próximo 22 de julio se aprovechará el Colegio de Registradores, máximo beneficiado de la privatización llevada a cabo por el ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón.


Cuando la Administración Zapatero nos vendió las bonanzas de su Plan Estratégico de Modernización de la Justicia 2009-2012 poco nos podíamos imaginar que pasaríamos por caja. Entonces, se hablaba de un nuevo modelo organizativo y tecnológico que suponía un paso en firme hacia un Registro Civil más ágil y de mayor calidad, orientado a la excelencia y al ciudadano. Hoy nos damos una bofetada de realidad y descubrimos que la tecnología que en un principio jugaba a nuestro favor, se ha vuelto en nuestra contra.

Estado de algunos de los tomos de los Registros (Red.es)
Y es que la digitalización de los Registros Civiles facilita extraordinariamente la privatización de los mismos. Imaginen: 432 Registros Civiles (incluido el Central), que representan más de 123.300 tomos y cerca de 80 millones de páginas digitalizadas. ¿De qué otro modo se habría podido privatizar si no era digitalizando previamente toda esta información?

La consecuencia directa de esta digitalización, según apuntan los expertos, será un encarecimiento del servicio, la desaparición de entre 3.000 y 3.500 puestos de trabajo y un futuro más que incierto para los Juzgados de Paz.

Años de digitalización
A pesar de haber alcanzado un ritmo de digitalización media de 180.000 hojas al día, trabajando de forma simultánea en 30 registros, este proceso fue lento y penoso, pues requería la informatización de todos los libros manuscritos desde el año 1950 en los Registros Civiles municipales (110.210 libros y 68.197.976 páginas), de los que el 94% no contaba con la infraestructura tecnológica necesaria para ello. El estado de algunos tomos de registro era lamentable, requiriendo la intervención de muchos procesos manuales para la grabación de datos, procesado de imágenes, etc.

Proceso de digitalización (Red.es)
Echen cuentas de los costes sumando, además, la inversión en formación de todo el personal a nivel nacional, que se cifraba en varios centenares. Una formación, por otro lado, que habrá que realizar de nuevo entre los registradores de la propiedad.

Terminada la digitalización de los Registros Civiles municipales, arrancaría la del Central (11.548 tomos y 7.406.178 páginas), englobando tanto los libros de transcripciones (1.185 libros) como los duplicados consulares, esto es, los 10.363 libros compuestos por las copias realizadas de los Registros Consulares de España.

(Red.es)
Este proceso de digitalización comenzó a finales de abril de 2010 y finalizó en abril del 2011 y supondría el escaneo, indexación y grabación de los datos de los inscritos, para su posterior carga y almacenamiento en la base de datos de la aplicación INFOREG 4.0, un aplicativo desconocido para quienes se tendrán que hacer cargo de nuestras inscripciones de nacimientos, defunciones, matrimonios o nacionalidades. Lo mismo sucede con Regius, una herramienta de gestión de expedientes con más de 30 procedimientos administrativos del Registro Civil que se pueden realizar a través de esta aplicación informática, un módulo hasta la fecha de Administración de Usuarios.

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