La otra manera de lavar el dinero sucio
El próximo marte, la Fundación Acción contra el Hambre presenta las conclusiones del "Estudio
de Investigación sobre la Adecuación de los Planes de Estudios
Universitarios a las Necesidades del Mercado de Trabajo en España y
Propuestas para su Mejora". En esencia, el estudio dice "analizar
críticamente en qué medida la modernización de la política educativa ha
facilitado que la oferta formativa de las universidades se adapte y
adecue a las necesidades y demandas actuales y futuras del mercado de
trabajo en España".
No voy a entrar en el mensaje implícito que me sugiere el estudio -puro prejuicio, lo admito, pero su enunciado resulta revelador-, que es el de la mercantilización de la educación, el adiós al saber y la barra libre de las empresas que conciben la Universidad como cantera barata de empleados por explotar. En donde sí profundizaré es en la financiación del estudio: el Fondo Social Europeo y la Fundación Villar Mir.
Cuando recibí la convocatoria del evento no pude dejar de sorprenderme y sentirme profundamente defraudado por ver cómo una de las ONG mejor valoradas en España no duda en recibir dinero de una empresa como el Grupo Villar Mir, a través de su Fundación. Qué decepción. Uno siempre peca de idealista -me resisto a no serlo- y piensa que hay que mantenerse firme en ciertos principios. En ese sentido, aceptar dinero sucio, dinero manchado con el sufrimiento ajeno, aunque sea para un buen fin -en este caso hasta dudo de eso- no es honesto.
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No voy a entrar en el mensaje implícito que me sugiere el estudio -puro prejuicio, lo admito, pero su enunciado resulta revelador-, que es el de la mercantilización de la educación, el adiós al saber y la barra libre de las empresas que conciben la Universidad como cantera barata de empleados por explotar. En donde sí profundizaré es en la financiación del estudio: el Fondo Social Europeo y la Fundación Villar Mir.
Cuando recibí la convocatoria del evento no pude dejar de sorprenderme y sentirme profundamente defraudado por ver cómo una de las ONG mejor valoradas en España no duda en recibir dinero de una empresa como el Grupo Villar Mir, a través de su Fundación. Qué decepción. Uno siempre peca de idealista -me resisto a no serlo- y piensa que hay que mantenerse firme en ciertos principios. En ese sentido, aceptar dinero sucio, dinero manchado con el sufrimiento ajeno, aunque sea para un buen fin -en este caso hasta dudo de eso- no es honesto.
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