Se busca comparador de comparadores
En los últimos años, la utilización de comparadores de precios para
buscar viajes (vuelos, alojamiento...), contratar servicios de telefonía
móvil o Internet o suscribir algún tipo de póliza de seguros (vida,
vivienda, coche...), entre muchos otros, se ha generalizado. Ya son
pocos los que no se dan una vuelta por uno de estos buscadores en lugar
de ir web por web para contrastar precios.
Normalmente, estos comparadores utilizan lo que se denomina metabuscadores, esto es, arañas o robots que funcionan como los motores de búsqueda, rastreando por diferentes bases de datos. Es una manera de realizar una búsqueda más exhaustiva que con los habituales buscadores, obteniendo una combinación de los mejores resultados. Además, algunos también llegan a acuerdos con las entidades para que éstas les suministren los precios prácticamente en tiempo real.
Uno podría pensar que, dado que estos comparadores de precios extraen los datos de las mismas compañías (ya sean agencias de viajes, aseguradoras, operadoras de telefonía o aerolíneas), las comparativas de precios deberían ser idénticas; sin embargo, no es así. kⒶosTICa ha realizado una pequeña prueba con tan sólo tres de los comparadores más utilizados: Rastreator, Acierto y Kelisto.
El producto elegido para este pequeño experimento ha sido un seguro para un coche de segundamano de 2003, contratado por un joven estudiante de 20 años, residente en Madrid y con dos años de carné de conducir. En las tres comparativas se han utilizado exactamente los mismos criterios, aportando las mismas respuestas a todas las preguntas que realizan los comparadores y solicitando las comparativas en el mismo instante.
Si bien es cierto que en los tres casos el primer resultado era la misma aseguradora (Balumba), Kelisto se desmarcaba de sus competidores ofreciendo un precio algo más de un 2% más caro. ¿Variaban las condiciones entre los diferentes seguros a terceros de Balumba? La verdad es que no, eran exactamente las mismas. Si miramos al segundo de los resultados, comprobamos con asombro que se produce idéntica situación: Rastreator y Acierto coinciden (455 euros con Qualitas Auto), mientras que con Kelisto el precio se dispara a los 463 euros, es decir, como sucedía en el caso anterior, ocho euros más caro.
¿Qué sucede en el caso de los seguros a todo riesgo? De nuevo, Kelisto ofrece precios más de 40 euros al año superiores a los propuestos por Rastreator o Acierto. La clave reside en que Kelisto, a diferencia de sus dos competidores, no expone el precio más competitivo de Qualitas Auto en este caso, sino que amplía opciones como una indemnización en caso de invalidez permanente, por ejemplo, pero para enterarse de eso es preciso acudir a la letra pequeña.
Así pues, el consejo, además de contrastar en última instancia con las páginas web de las propias aseguradoras (muchas de ellas no facilitan las tarifas a los comparadores), sería bueno darse una vuelta por, al menos, dos comparadores para ver si sus precios son realmente competitivos.
En este contexto, además, la confianza de los consumidores ha perdido enteros tras escándalos como los publicados en 2012, cuando Intercontinental y los portales de viaje Booking y Expedia (cada uno con su metabuscador supuestamente objetivo) fueron acusados de pactar precios mínimos con hoteles.
¿Y las autoridades reguladoras, qué dicen de todo esto? En realidad, mucho, aunque luego sus propuestas no se lleven a la práctica. Por ejemplo, la autoridad europea supervisora EIOPA publicó a principios de este año pasado un manual de buenas prácticas para los comparadores de seguros. Entre las recomendaciones que se dan figuran señalar con claridad información acerca de la relación de los comparadores con las entidades aseguradoras, así como los criterios utilizados (cuantitativos y cualitativos) en la comparación. Dos puntos en los que, por lo general, se hace aguas en un claro alarde de opacidad que, como poco, suscita las dudas acerca de posibles conflictos de intereses.
Este mismo estudio de EIOPA revela que España es uno de los seis países (junto a Checoslovaquia, Francia, Países Bajos, Rumanía y Reino Unido) en los que existen más de 20 comparadores de precios. Además, el documento incluye un apartado en el que Mutua Madrileña destaca “la amplia protección de los consumidores en España en el caso de intervención de un mediador en comparación con la falta de la misma cuando se trata de un comparador de precios”. Mutua Madrileña afirma, además, que la mitad de los comparadores en nuestro país actúan de facto como mediadores de seguros (es decir, que al final de la comparación se puede contratar el seguro en esa misma web, lo que la convierte en mediador según la Directiva Europa IMD2).
En este sentido, la propia Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP) prevé modificar y antes de que acabe el año la normativa de seguros, mediación y planes de pensiones, que entre otras cosas buscará una mayor transparencia por parte de los comparadores.
Y es que no se trata sólo de resolver posibles conflictos de intereses sino, además, y como pudimos comprobar en nuestro propio experimento, acabar con que muchos de los comparadores no se molesten en comprobar los precios y condiciones facilitados por las aseguradoras; prima la rapidez en facilitar la información a los consumidores y en la mayoría de los casos, nada tienen que ver las condiciones de dos pólizas entre sí (diferentes condiciones de cobertura de viaje, accidente, fallecimiento...), aún cuando en ambos casos sean a terceros o a todo riesgo. Dicho de otro modo, se nos ofrecen comparaciones sin un criterio homogéneo, pues aunque se comparan peras con peras y manzanas con manzanas, en unos casos se enfrentan una manzana reineta con otra Golden.
Normalmente, estos comparadores utilizan lo que se denomina metabuscadores, esto es, arañas o robots que funcionan como los motores de búsqueda, rastreando por diferentes bases de datos. Es una manera de realizar una búsqueda más exhaustiva que con los habituales buscadores, obteniendo una combinación de los mejores resultados. Además, algunos también llegan a acuerdos con las entidades para que éstas les suministren los precios prácticamente en tiempo real.
Uno podría pensar que, dado que estos comparadores de precios extraen los datos de las mismas compañías (ya sean agencias de viajes, aseguradoras, operadoras de telefonía o aerolíneas), las comparativas de precios deberían ser idénticas; sin embargo, no es así. kⒶosTICa ha realizado una pequeña prueba con tan sólo tres de los comparadores más utilizados: Rastreator, Acierto y Kelisto.
El producto elegido para este pequeño experimento ha sido un seguro para un coche de segundamano de 2003, contratado por un joven estudiante de 20 años, residente en Madrid y con dos años de carné de conducir. En las tres comparativas se han utilizado exactamente los mismos criterios, aportando las mismas respuestas a todas las preguntas que realizan los comparadores y solicitando las comparativas en el mismo instante.
Si bien es cierto que en los tres casos el primer resultado era la misma aseguradora (Balumba), Kelisto se desmarcaba de sus competidores ofreciendo un precio algo más de un 2% más caro. ¿Variaban las condiciones entre los diferentes seguros a terceros de Balumba? La verdad es que no, eran exactamente las mismas. Si miramos al segundo de los resultados, comprobamos con asombro que se produce idéntica situación: Rastreator y Acierto coinciden (455 euros con Qualitas Auto), mientras que con Kelisto el precio se dispara a los 463 euros, es decir, como sucedía en el caso anterior, ocho euros más caro.
¿Qué sucede en el caso de los seguros a todo riesgo? De nuevo, Kelisto ofrece precios más de 40 euros al año superiores a los propuestos por Rastreator o Acierto. La clave reside en que Kelisto, a diferencia de sus dos competidores, no expone el precio más competitivo de Qualitas Auto en este caso, sino que amplía opciones como una indemnización en caso de invalidez permanente, por ejemplo, pero para enterarse de eso es preciso acudir a la letra pequeña.
Así pues, el consejo, además de contrastar en última instancia con las páginas web de las propias aseguradoras (muchas de ellas no facilitan las tarifas a los comparadores), sería bueno darse una vuelta por, al menos, dos comparadores para ver si sus precios son realmente competitivos.
Conflictos de intereses y opacidad
A fin de cuentas, ¿qué hay detrás de los intereses de estos buscadores? Rastreator, por ejemplo, es propiedad al 75% de la británica Admiral (que, a su vez, controla la aseguradora Balumba), siendo el 25% restante del Grupo Mapfre. Kelisto, por su parte, es propiedad del comparador Kelkoo que, a su vez, es propiedad de una sociedad de capital riesgo llamada Jamplant que lo compró después de que Yahoo! lo mal vendiera en 2008 (lo había comprado por 475 millones de euros y, tras no ser rentable, lo vendió por 100 millones de euros). Además, Kelisto cede todos los datos personales (facilitados cuando se solicita una comparativa de seguros) a Cibermultipoliza S.L., una correduría de seguros.En este contexto, además, la confianza de los consumidores ha perdido enteros tras escándalos como los publicados en 2012, cuando Intercontinental y los portales de viaje Booking y Expedia (cada uno con su metabuscador supuestamente objetivo) fueron acusados de pactar precios mínimos con hoteles.
¿Y las autoridades reguladoras, qué dicen de todo esto? En realidad, mucho, aunque luego sus propuestas no se lleven a la práctica. Por ejemplo, la autoridad europea supervisora EIOPA publicó a principios de este año pasado un manual de buenas prácticas para los comparadores de seguros. Entre las recomendaciones que se dan figuran señalar con claridad información acerca de la relación de los comparadores con las entidades aseguradoras, así como los criterios utilizados (cuantitativos y cualitativos) en la comparación. Dos puntos en los que, por lo general, se hace aguas en un claro alarde de opacidad que, como poco, suscita las dudas acerca de posibles conflictos de intereses.
Este mismo estudio de EIOPA revela que España es uno de los seis países (junto a Checoslovaquia, Francia, Países Bajos, Rumanía y Reino Unido) en los que existen más de 20 comparadores de precios. Además, el documento incluye un apartado en el que Mutua Madrileña destaca “la amplia protección de los consumidores en España en el caso de intervención de un mediador en comparación con la falta de la misma cuando se trata de un comparador de precios”. Mutua Madrileña afirma, además, que la mitad de los comparadores en nuestro país actúan de facto como mediadores de seguros (es decir, que al final de la comparación se puede contratar el seguro en esa misma web, lo que la convierte en mediador según la Directiva Europa IMD2).
En este sentido, la propia Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP) prevé modificar y antes de que acabe el año la normativa de seguros, mediación y planes de pensiones, que entre otras cosas buscará una mayor transparencia por parte de los comparadores.
Y es que no se trata sólo de resolver posibles conflictos de intereses sino, además, y como pudimos comprobar en nuestro propio experimento, acabar con que muchos de los comparadores no se molesten en comprobar los precios y condiciones facilitados por las aseguradoras; prima la rapidez en facilitar la información a los consumidores y en la mayoría de los casos, nada tienen que ver las condiciones de dos pólizas entre sí (diferentes condiciones de cobertura de viaje, accidente, fallecimiento...), aún cuando en ambos casos sean a terceros o a todo riesgo. Dicho de otro modo, se nos ofrecen comparaciones sin un criterio homogéneo, pues aunque se comparan peras con peras y manzanas con manzanas, en unos casos se enfrentan una manzana reineta con otra Golden.
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