Listas negras de periodistas


Como consumidores de medios de comunicación, estamos más que habituados a oír hablar de manipulación en los medios por parte del Gobierno. Ya no es sólo "el régimen de provocación y miedo" que denuncian los propios periodistas de informativos de TVE, sino los escenarios amigables que el ente público prepara para los portavoces del Gobierno. Sin ir más lejos, anoche la vicepresidenta del Gobierno era entrevistada en La Noche en 24 horas en un clima más que cordial, al más puro estilo publirreportaje de EFE para Mariano Rajoy.

El trasfondo de la manipulación es todavía más oscuro y rancio que sólo si uno se encuentra metido en él puede detectar. Reuniones de miembros del Gobierno con la alta dirección o, incluso, con los propietarios de medios de comunicación (prensa escrita, radio, TV...) para que suavicen las críticas contra el Mariano Rajoy en año electoral o que no informen tanto de otras formaciones políticas, presiones a medios afines para reducir la información deportiva e incrementar la política (favorable al PP, claro), etc.

La cosa, lamentablemente, tampoco queda ahí. Hace tiempo que vengo oyendo que en los ministerios se manejan listas negras de periodistas con la consigna de "a éstos, ni agua", más aún en el caso de los freelance, que no tienen voz fija en ningún lado y si no obtienen la información difícilmente consiguen publicar. Ese es precisamente mi caso.

Uno no creería en listas negras si no le sucedieran hechos como los que relato a continuación y que, en esencia, se resumen en la negativa a colaborar, siquiera atenderme, por parte de los organismos oficiales. Hace ya más de un año que vengo padeciendo este silencio administrativo que, lejos de dolerme en mi dignidad como periodista, me duele por la clara violación de los derechos de libertad de prensa y derecho a la información que tiene la ciudadanía.

Comentaré únicamente los casos más recientes. A finales del año pasado, realicé para El País un macro reportaje sobre la polémica asignatura de Educación que arrancaba en la Comunidad de Madrid. Desde la cartera que lidera José Ignacio Wert ni siquiera atendieron a más de media docena de llamadas telefónicas y otros tantos correos electrónicos, a pesar de que el tema le afectaba directamente.

Más recientementey desde la Embajada española en Londres -donde trabajé como corresponsal durante tres años- llegaron a pedirme el CV para atenderme y, tras marearme durante un mes, me negaron una información tan básica como el número de visitas al portal de empleo que la embajada había puesto en marcha hacía dos años.

Asimosmo y con motivo del lanzamiento del DNI electrónico 3.0, me puse en contacto con los responsables del ministerio del Interior para conocer los detalles técnicos del mismo. De nuevo, silencio absoluto a pesar de la persecución a la que sometí al departamento de prensa. Publiqué la información, describiendo algunas dudas acerca de la seguridad del DNI, artículo que replicó en su web la Asociación de Internautas y que tuvo bastante repercusión en redes sociales. Desde el ministerio no tardaron ni un día en arrancar la maquinaria mediática y poner a expertos de la Policía a negar cualquier problema de seguridad.

Algo parecido sucedió con el ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas cuando quise escribir sobre los Portales de Transparencia de los Ayuntamientos. Tras la decepción del portal lanzado a finales del año por parte del Gobierno -brecha de seguridad incluida- y teniendo en cuenta que es año electoral, los expertos consideran que difícilmente los Consistorios cumplirán con el plazo que vence el próximo mes de diciembre... al menos con un mínimo de calidad. Tampoco aquí el Gobierno quiso opinar, guardando el más absoluto de los silencios.

El caso más sangrante, sin embargo, ha sido el vivido esta semana. Llevaba varias semanas llamando prácticamente a diario al ministerio del Interior, así como un lista de correos electrónicos, porque investigaba el estado de seguridad de algunas de nuestras Infraestructuras Críticas ante atentados terroristas. Mi sorpresa fue descubrir que el Gobierno ni siquiera tiene un Plan Estratégico de Seguridad para el sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), algo que choca considerando la cantidad de información y servicios sensibles que están en juego... más aún, teniendo en cuenta que el Reglamento que obliga a tener este Plan es de 2011.

Durante todas esas semanas en las que de manera reiterada solicité hablar con el director del Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas (CNPIC), Fernando Sánchez, nadie del ministerio del Interior se dignó a devolver las llamadas a pesar de haber tomado varias veces nota de mi petición, ni a contestar los correos electrónicos, ni siquiera los dirigidos al director Juan José Esteban Servus. Ayer publiqué finalmente el reportaje y hoy mismo ABC publica una entrevista con el director del CNPIC. ¿Casualidad?

No sé ustedes qué pensarán, pero la idea de que se manejen listas negras cada día cobra más sentido, no sólo porque los rumores lleguen cada vez más desde distintas fuentes, sino por lo que me sucede en mi día a día informativo. Lo siento por ustedes, que son a los que este Gobierno priva de la información que le pueda incomodar.

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