Fernández Díaz, el fontanero del Interior
Tras la increíble muestra de solidaridad con Grecia, la Unión Europea
(UE) vuelve a hacer alarde solidario con los refugiados. Están sembrada
en los últimos meses... El objetivo era repartirse 40.000 refugiados
para los dos próximos años, una cifra más que asumible para "el club", como les gusta llamarlo en Bruselas. No ha sido posible, en gran parte, por muestras de solidaridad como la de España.
Si el sistema de cuotas diseñado por la Comisión Europea indicaba quede las 20.000 personas que ya disfrutan del estatus de refugiados y se encuentran en terceros países a España le correspondían 4.288 solicitantes de asilo, la mayor parte refugiados sirios y eritreos, España sólo ha ofrecido admitir 1.549. Todos los países habían expuesto ya sus cifras y España lo ha mantenido clasificado como si fuera un secreto de Estado. En realidad, era para evitar que se armara revuelo antes de tiempo.
Sin embargo, el revuelo se ha montado aún con más fuerza después de que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, volviera a dar muestras del buen cristiano que es, además de fontanero. El ministro ha comparado aceptar las solicitudes de asilo con goteras: "Es como si tuviéramos una casa con muchas goteras, que están inundando diversas habitaciones y en lugar de taponar esas goteras lo que hacemos es distribuir el agua que cae entre distintas habitaciones".
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Si el sistema de cuotas diseñado por la Comisión Europea indicaba quede las 20.000 personas que ya disfrutan del estatus de refugiados y se encuentran en terceros países a España le correspondían 4.288 solicitantes de asilo, la mayor parte refugiados sirios y eritreos, España sólo ha ofrecido admitir 1.549. Todos los países habían expuesto ya sus cifras y España lo ha mantenido clasificado como si fuera un secreto de Estado. En realidad, era para evitar que se armara revuelo antes de tiempo.
Sin embargo, el revuelo se ha montado aún con más fuerza después de que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, volviera a dar muestras del buen cristiano que es, además de fontanero. El ministro ha comparado aceptar las solicitudes de asilo con goteras: "Es como si tuviéramos una casa con muchas goteras, que están inundando diversas habitaciones y en lugar de taponar esas goteras lo que hacemos es distribuir el agua que cae entre distintas habitaciones".
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