La Voz del Sáhara que jamás se apagará
Hoy ha muerto Mariem Hassan. Su productor de Nubenegra,
y sobre todo amigo, Manuel Domínguez me lo ha comunicado por la tarde y
las redes sociales han comenzando a llenarse de muestras de cariño y
afecto. La Voz del Sáhara nos ha dejado.
Conocí a Mariem en 2009. Escribía un reportaje para Interviú sobre la integración de los saharauis en la sociedad española, la misma cuyos Gobiernos y monarcas llevan cuatro décadas traicionándoles. Quería contar con el testimonio de Mariem, a la que admiraba por el modo en que encarnaba los grandes valores saharauis, pero además, se dio la circunstancia de que en septiembre de aquel año un grupo de marroquíes la agredieron en un bar de Antón Martín mientras desayunaba.
"Comenzaron a insultarme, a decirme que nos íbamos a morir todos en el desierto y que ellos iban a violar a las chicas saharauis". Así me contaba cómo, por el simple hecho de estar desayunando vestida con su melfa -traje típico saharaui- aquellos tipos buscaron el enfrentamiento. La cosa quedó en nada. Una experiencia más en el haber de Mariem con la que seguir labrando su espíritu inquebrantable, aquella fortaleza que cualquiera que se parara dos minutos a hablar con ella enseguida percibía.
No soy el más indicado para hablar de Mariem, tan sólo soy uno más y, precisamente, en eso radica lo extraordinario, en que soy uno de los muchísimos "uno más" a los que la Voz del Sáhara dejó marcado.
Seguir leyendo...
Conocí a Mariem en 2009. Escribía un reportaje para Interviú sobre la integración de los saharauis en la sociedad española, la misma cuyos Gobiernos y monarcas llevan cuatro décadas traicionándoles. Quería contar con el testimonio de Mariem, a la que admiraba por el modo en que encarnaba los grandes valores saharauis, pero además, se dio la circunstancia de que en septiembre de aquel año un grupo de marroquíes la agredieron en un bar de Antón Martín mientras desayunaba.
"Comenzaron a insultarme, a decirme que nos íbamos a morir todos en el desierto y que ellos iban a violar a las chicas saharauis". Así me contaba cómo, por el simple hecho de estar desayunando vestida con su melfa -traje típico saharaui- aquellos tipos buscaron el enfrentamiento. La cosa quedó en nada. Una experiencia más en el haber de Mariem con la que seguir labrando su espíritu inquebrantable, aquella fortaleza que cualquiera que se parara dos minutos a hablar con ella enseguida percibía.
No soy el más indicado para hablar de Mariem, tan sólo soy uno más y, precisamente, en eso radica lo extraordinario, en que soy uno de los muchísimos "uno más" a los que la Voz del Sáhara dejó marcado.
Seguir leyendo...
Sin comentarios