Órdago español a China: imanes permanentes libres de tierras raras
Estamos rodeados de imanes permanentes aunque éstos
pasen desapercibidos. Cada vez que subimos a un coche, nos movemos
gracias a los cerca de más de 400 imanes permanentes que hay en su
mecánica; una nevera contiene aproximadamente 70 imanes o; incluso, el mundo de las renovables depende en buena parte de estos imanes porque el generador de una turbina eólica de potencia media contiene más de 1 tonelada de estos imanes.
¿Cuál es el problema? Que para producir estos imanes permanentes son necesarias las tierras raras, compuestas por 17 elementos como el neodimio y el disprosio, y aquéllas se encuentran en cerca de un 97% en China, lo que lo convierte en un monopolio de facto. El mercado de los imanes permanentes mueve actualmente más de 9 billones de dólares anuales a nivel mundial y se estima que alcanzará los 14 billones para el 2020.
De hecho, sabedora de su poder, China ya ha cortado el grifo de las exportaciones de tierras raras en más de una ocasión, haciendo flucturar su precio significativamente. Tanto es así, que en marzo del 2012 se produjo un hito histórico: la Unión Europea (UE), EEUU y Japón se unieron ante Organización Mundial de Comercio (OMC) en una demanda conjunta contra China por abusivas restricciones a la exportación.
¿Qué están haciendo los científicos para lidiar con esta dependencia de China y sus tierras raras? Desarrollar imanes permanentes libres de tierras raras. Así surge el proyecto NANOPYME (“Nanocrystalline Permanent Magnets Based on Hybrid Metal-Ferrites”), que explota los conocimientos adquiridos en nanociencia en combinación con un procesamiento tecnológico energéticamente eficiente. Coordinado desde Madrid por la División de Imanes Permanentes y Aplicaciones en IMDEA Nanociencia, este proyecto arrancó el 1 de diciembre del 2012, aúna a 11 instituciones (8 centros de investigación y 3 empresas, con una cuarta afiliada) de 6 países diferentes y cuenta con una financiación europea de aproximadamente 3,5 millones de euros para su ejecución en un período de 3 años (más de 1,2 millones de euros se destinan a España).
El
proyecto liderado por físicos españoles ha sido un éxito, como prueba
la demostración que hace unos días tuvo lugar en IMDEA Nanociencia, con
presencia de expertos de Estados Unidos y distintos países europeos,
representantes de la Comisión Europea en Bruselas y ejecutivos de
algunas de las más importantes empresas europeas del sector de los
imanes permanentes.
Los años de trabajo e investigación en NANOPYME ha posibilitado la fabricación de imanes permanentes basados en ferritas, libres de tierras raras. Para ello, los científicos se han apoyado en el trabajo a escala nanométrica y el desarrollo de nuevos compuestos híbridos, aprovechando la interacción entre materiales con propiedades magnéticas complementarias. Se trata de un proyecto de ciencia aplicada y, como tal, se ha dado el salto de la escala de laboratorio a la escala industrial, con la ventaja añadida de que se ha contemplado el reciclaje de los residuos magnéticos generados en una planta industrial, para su posterior utilización en aplicaciones.
Para demostrar la funcionalidad y competitividad de los imanes permanentes desarrollados, el equipo de NANOPYME ha construido dos prototipos: por un lado, una moto eléctrica integrando un motor de ferritas y, por otro, dos motores de movimiento de alta precisión incorporando imanes desarrollados a partir de residuos magnéticos reciclados así como nuevos imanes nanocompuestos, que han dado lugar a la generación de una patente.
NANOPYME no sólo demuestra que en España existen científicos de un elevadísimo nivel, capaces de liderar proyectos europeos que sitúan a nuestro país a la vanguardia sino que, lamentablemente, evidencia la dependencia que tienen de los fondos europeos. A fin de cuentas y como denuncia CCOO, desde que gobierna el Partido Popular, la inversión en Ciencia se ha recortado un 25%. Tras su análisis realizado de los próximos Presupuestos Generales para 2016, el sindicato lamenta que el recorte efectivo sea de unos 900 millones de euros, es decir, un 25% de lo que encontró Mariano Rajoy cuando llegó al Gobierno.
¿Cuál es el problema? Que para producir estos imanes permanentes son necesarias las tierras raras, compuestas por 17 elementos como el neodimio y el disprosio, y aquéllas se encuentran en cerca de un 97% en China, lo que lo convierte en un monopolio de facto. El mercado de los imanes permanentes mueve actualmente más de 9 billones de dólares anuales a nivel mundial y se estima que alcanzará los 14 billones para el 2020.
De hecho, sabedora de su poder, China ya ha cortado el grifo de las exportaciones de tierras raras en más de una ocasión, haciendo flucturar su precio significativamente. Tanto es así, que en marzo del 2012 se produjo un hito histórico: la Unión Europea (UE), EEUU y Japón se unieron ante Organización Mundial de Comercio (OMC) en una demanda conjunta contra China por abusivas restricciones a la exportación.
¿Qué están haciendo los científicos para lidiar con esta dependencia de China y sus tierras raras? Desarrollar imanes permanentes libres de tierras raras. Así surge el proyecto NANOPYME (“Nanocrystalline Permanent Magnets Based on Hybrid Metal-Ferrites”), que explota los conocimientos adquiridos en nanociencia en combinación con un procesamiento tecnológico energéticamente eficiente. Coordinado desde Madrid por la División de Imanes Permanentes y Aplicaciones en IMDEA Nanociencia, este proyecto arrancó el 1 de diciembre del 2012, aúna a 11 instituciones (8 centros de investigación y 3 empresas, con una cuarta afiliada) de 6 países diferentes y cuenta con una financiación europea de aproximadamente 3,5 millones de euros para su ejecución en un período de 3 años (más de 1,2 millones de euros se destinan a España).
Detalle del rotor de la moto. |
Los años de trabajo e investigación en NANOPYME ha posibilitado la fabricación de imanes permanentes basados en ferritas, libres de tierras raras. Para ello, los científicos se han apoyado en el trabajo a escala nanométrica y el desarrollo de nuevos compuestos híbridos, aprovechando la interacción entre materiales con propiedades magnéticas complementarias. Se trata de un proyecto de ciencia aplicada y, como tal, se ha dado el salto de la escala de laboratorio a la escala industrial, con la ventaja añadida de que se ha contemplado el reciclaje de los residuos magnéticos generados en una planta industrial, para su posterior utilización en aplicaciones.
Para demostrar la funcionalidad y competitividad de los imanes permanentes desarrollados, el equipo de NANOPYME ha construido dos prototipos: por un lado, una moto eléctrica integrando un motor de ferritas y, por otro, dos motores de movimiento de alta precisión incorporando imanes desarrollados a partir de residuos magnéticos reciclados así como nuevos imanes nanocompuestos, que han dado lugar a la generación de una patente.
NANOPYME no sólo demuestra que en España existen científicos de un elevadísimo nivel, capaces de liderar proyectos europeos que sitúan a nuestro país a la vanguardia sino que, lamentablemente, evidencia la dependencia que tienen de los fondos europeos. A fin de cuentas y como denuncia CCOO, desde que gobierna el Partido Popular, la inversión en Ciencia se ha recortado un 25%. Tras su análisis realizado de los próximos Presupuestos Generales para 2016, el sindicato lamenta que el recorte efectivo sea de unos 900 millones de euros, es decir, un 25% de lo que encontró Mariano Rajoy cuando llegó al Gobierno.
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