Carta de un hijo de afectados por los ERE de Andalucía a Manuel Griñán
Hasta ahora yo tampoco había hablado sobre este tema aunque, a
diferencia de ti, no era precisamente porque tuviera mucha fe en que el
tiempo pone a cada uno en su sitio. Yo no odio la política, la "puta" y "asquerosa" política como tú la llamas, esa que sin que nadie le haya obligado a ello lleva siendo la profesión de tu padre desde 1982 con
más de una docena de cargos públicos distintos... el último, y aunque
no lo menciones, como senador, pero no porque fuera eligido por la
ciudadanía, sino designado in extremis por sus compañeros por 55 votos a favor de los 104 válidos (ni siquiera Susanna Díaz le votó).
Y creo en la política porque es la vía para cambiar las cosas, siempre y cuando se escuche al pueblo y se sea honesto. Honestidad, hablas de eso en tu carta y estoy de acuerdo contigo en que la honestidad no tiene grados, o se es o no se es. Otra cosa que es que alguien honesto pueda cometer errores, algo que no pareces contemplar en tu carta. Y eso, nada tiene que ver con que tu padre sea íntegro o no.
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Y creo en la política porque es la vía para cambiar las cosas, siempre y cuando se escuche al pueblo y se sea honesto. Honestidad, hablas de eso en tu carta y estoy de acuerdo contigo en que la honestidad no tiene grados, o se es o no se es. Otra cosa que es que alguien honesto pueda cometer errores, algo que no pareces contemplar en tu carta. Y eso, nada tiene que ver con que tu padre sea íntegro o no.
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