Paro Nacional de Mujeres, ¿te apuntas?
La última mujer asesinada por su marido, Estefanía,
recibió una puñalada en el corazón con un cuchillo de cocina de 30
centímetros. Vivía en Olivares (Sevilla), tenía 26 años, y se le había denegado una orden de alejamiento porque la Guardia Civil determinó que no existía riesgo.
Ya basta. Ya está bien. No permitamos que Estefanía se convierta en
otro número, el 34, en esa odiosa lista de víctimas de violencia de
género, de terrorismo machista.
Miro al otro lado del Charco, inspirado por mi querido Sebastián Freijomil, y vuelvo a aprender de nuestras hermanas argentinas. Allí, la violencia machista también es una lacra, una vergüenza nacional para la que ni se invierten los esfuerzos necesarios ni se obtienen los resultados mínimos exigibles... si es que podemos hablar de resultados mínimos, porque en esta materia, solo debe haber máximos.
La Estefanía argentina se llamaba Lucía, tenía tan solo 16 años y fue violada y asesinada en Mar del Plata la semana pasada. Y como las mujeres están hartas de ser moneda de cambio, asqueadas de las buenas palabras y la ausencia de hechos, ha convocado un Paro Nacional de Mujeres.
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Miro al otro lado del Charco, inspirado por mi querido Sebastián Freijomil, y vuelvo a aprender de nuestras hermanas argentinas. Allí, la violencia machista también es una lacra, una vergüenza nacional para la que ni se invierten los esfuerzos necesarios ni se obtienen los resultados mínimos exigibles... si es que podemos hablar de resultados mínimos, porque en esta materia, solo debe haber máximos.
La Estefanía argentina se llamaba Lucía, tenía tan solo 16 años y fue violada y asesinada en Mar del Plata la semana pasada. Y como las mujeres están hartas de ser moneda de cambio, asqueadas de las buenas palabras y la ausencia de hechos, ha convocado un Paro Nacional de Mujeres.
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