Érase un rey que nunca nadie eligió

Érase una vez un rey que nunca nadie eligió. Este rey era alto, guapo y bien preparado y, sin embargo, nunca dejó de ser príncipe. Mientras un@s le apellidaban "sexto", para otr@s no era más que "de tres al cuarto". Quizás esto último se debía a que much@s no entendían para qué sirve un rey, quizás much@s lamentaban que en este reino, además, en lugar de un rey hubiera dos, con sus respectivas reinas.

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1 comentario

  1. Érase una vez una personalidad rebelde, ambiciosa, que quería cambiar el mundo desde un artículo de prensa. Con el fin de ser leído y aumentar sus hits, no tiene reparos en opinar sobre la validez de la figura del Rey (o de lo que sea). Qué fácil es opinar sobre lo que no se entiende, y hacerlo de forma destructiva e irresponsable, sin aportar alternativas.
    El Rey ocupa un puesto por el que otros tendrían que competir, y esa competición produciría un substituto del Rey ambicioso. Esto trae el peligro de que su ambición arrastre al país a llevar a cabo proyectos ruinosos. Véanse Mas y Puigdemont como ejemplo.
    El Rey, siendo un puesto hereditario y vitalicio, resuelve la asignación de ese puesto. Además el para mantenerlo no hace falta ambición sino voluntad de servicio y entrega, y dar ejemplo.
    Es una jaula de Oro. Además, no es una figura con poder real salvo cuando se decreta el estado de excepción.
    De verdad prefieres sustituirle por un cargo electo, o lo dices pues por vender tus artículos?

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