Europa fue el escenario del 3,7% de los atentados mundiales en 2017
Acaba de hacerse público el informe sobre terrorismo mundial que elabora cada año el Consorcio Nacional para el Estudio del Terrorismo y las Respuestas al Terrorismo (START). Según sus datos, el año pasado se registraron 10.900 ataques terroristas en todo el mundo, que se saldaron con 26.400 muertes. De ellas, 8.075 fueron los propios terroristas, que perdieron la vida en el atentado, mientras que las restantes (18.488) fueron víctimas inocentes.
Los datos se elaboran a partir de la información recogida en la Base de Datos sobre Terrorismo Global y reflejan que 2017 es el tercer año consecutivo que el número de ataques terroristas desciende, después de que en 2014 se alcanzara un pico de ceca de 17.000 atentados con más de 45.000 muertes.
Según esta base de datos, el último trimestre del año transcurrió con bastante calma, en el sentido de que el último ataque terrorista registrado tuvo lugar en el mes de octubre. Sucedió en Mogadiscio (Somalia), cuando se detonó un camión en las inmediaciones del hotel Safari, saldándose con 580 personas muertas y más de 300 heridas.
Este atentando, por su ubicación y número de víctimas, nos lleva directamente al análisis de dónde se produce la mayoría de los ataques. A pesar de un mayor cobertura mediática, Europa apenas representa el 3,7% de los atentados, con 401 registrados, frente a África donde se produjeron 5.750 atentados (52,7% del total). Sólo en el África subsahariana, de donde procede buena parte de la migración que ocupa las primeras planas estos días, tuvieron lugar 1.970 atentados que se cobraron la vida de 6.712 personas.
Centro América y el Caribe es la región en la que más crecieron los atentados (33%), si bien es cierto que partía de una incidencia mínima pues únicamente registró 4 ataques con 4 muertes. La segunda región donde más creció el número de ataques fue Norteamérica (29%), que vio cómo perdían la vida 124 personas en 97 atentados. A continuación, Sudamérica (8%), con 172 atentados y 101 muertes y le sigue en cuarto lugar, con un crecimiento del 7%, Europa Occidental, donde hubo 83 muertes en 291 ataques. Se da la circunstancia de que, a pesar de haber aumentado el número de atentados, el de víctimas mortales descendió un 65% respecto a 2016.
No deja de ser llamativo que el Norte de África y Oriente Medio, a pesar de liderar dramáticamente los rankings, haya experimentado un significativo descenso en todos ellos. Así, aunque el número de ataques se situó en 3.780 (35% del total), supone un 38% menos que los registrados en 2016. En cuanto a las personas muertas las 10.819 computadas (41% del total) se traducen en un descenso del 44% respecto al año anterior.
Finalmente, si atendemos a los grupos que perpetran estos atentados, ISIS continúa a la cabeza con 1.321 atentados y 7.120 víctimas mortales, sin bien ello supone descensos respecto a 2016 del 10% y el 40%, respectivamente. La segunda y tercera posición las ocupan los talibanes (907 ataques, 4.925 muertos) y Al-Shabaab (573 atentados, 1.894 muertes).
Los datos se elaboran a partir de la información recogida en la Base de Datos sobre Terrorismo Global y reflejan que 2017 es el tercer año consecutivo que el número de ataques terroristas desciende, después de que en 2014 se alcanzara un pico de ceca de 17.000 atentados con más de 45.000 muertes.
Según esta base de datos, el último trimestre del año transcurrió con bastante calma, en el sentido de que el último ataque terrorista registrado tuvo lugar en el mes de octubre. Sucedió en Mogadiscio (Somalia), cuando se detonó un camión en las inmediaciones del hotel Safari, saldándose con 580 personas muertas y más de 300 heridas.
Este atentando, por su ubicación y número de víctimas, nos lleva directamente al análisis de dónde se produce la mayoría de los ataques. A pesar de un mayor cobertura mediática, Europa apenas representa el 3,7% de los atentados, con 401 registrados, frente a África donde se produjeron 5.750 atentados (52,7% del total). Sólo en el África subsahariana, de donde procede buena parte de la migración que ocupa las primeras planas estos días, tuvieron lugar 1.970 atentados que se cobraron la vida de 6.712 personas.
Centro América y el Caribe es la región en la que más crecieron los atentados (33%), si bien es cierto que partía de una incidencia mínima pues únicamente registró 4 ataques con 4 muertes. La segunda región donde más creció el número de ataques fue Norteamérica (29%), que vio cómo perdían la vida 124 personas en 97 atentados. A continuación, Sudamérica (8%), con 172 atentados y 101 muertes y le sigue en cuarto lugar, con un crecimiento del 7%, Europa Occidental, donde hubo 83 muertes en 291 ataques. Se da la circunstancia de que, a pesar de haber aumentado el número de atentados, el de víctimas mortales descendió un 65% respecto a 2016.
No deja de ser llamativo que el Norte de África y Oriente Medio, a pesar de liderar dramáticamente los rankings, haya experimentado un significativo descenso en todos ellos. Así, aunque el número de ataques se situó en 3.780 (35% del total), supone un 38% menos que los registrados en 2016. En cuanto a las personas muertas las 10.819 computadas (41% del total) se traducen en un descenso del 44% respecto al año anterior.
Finalmente, si atendemos a los grupos que perpetran estos atentados, ISIS continúa a la cabeza con 1.321 atentados y 7.120 víctimas mortales, sin bien ello supone descensos respecto a 2016 del 10% y el 40%, respectivamente. La segunda y tercera posición las ocupan los talibanes (907 ataques, 4.925 muertos) y Al-Shabaab (573 atentados, 1.894 muertes).
Sin comentarios