La batalla contra ISIS en YouTube
Un estudio de la Universidad de Chicago desveló que aproximadamente el 83% de los americanos que cometieron o fueron acusados con crímenes relacionados con ISIS entre marzo de 2014 y agosto de 2016 habían consumido vídeos de propaganda de estos terroristas. Este fue el punto de partida para que el Counter Extremism Project (CEP) se planteara analizar cómo se está subiendo este tipo de contenido a redes de streaming como YouTube.
El estudio se ha realizado a lo largo de tres meses (entre marzo y junio de 2018) y ese breve plazo ha bastado para detectar 1.348 vídeos subidos a YouTube a través de 278 cuentas distintas, con una incidencia de 163.391 vistas.
El análisis de CEP revela que el 24% de esos vídeos (322) llegó a permanecer en la red más de dos horas, con 148.590 visitas. La mayor parte de las producciones que se suben (76%), sin embargo, están disponibles menos de dos horas, con unas 14.800 visualizaciones.
Por otro lado, el estudio pone de manifiesto que el 60% de las 278 cuentas que subieron esos vídeos permanecieron activas, incluso, después de que éstos fueran retirados por infringir las normas de YouTube sobre contenido. Una de estas cuentas llegó a subir medio centenar de vídeos extremistas.
En la actualidad, YouTube localiza contenido de ISIS mediante tres mecanismos diferentes. El primero de ellos se basa en las personas, los usuarios (personas individuales, gobiernos, organizaciones, autoridades...) que encuentran estos vídeos y los reportan al equipo de la red de streaming, que es quien en última instancia decide si se retiran o no.
En segundo lugar, YouTube cuenta con un sofisticado sistema de aprendizaje automático de los sistemas que, apoyándose en algoritmos, es capaz de localizar los vídeos de ISIS. De hecho, según los últimos datos facilitados por la propia YouTube, este sistema fue capaz de localizar el 72% de los vídeos extremistas retirados entre enero y marzo de 2018... y no hablamos, precisamente, de cifras pequeñas, puesto que localizó algo más de 7 millones de vídeos de un total de casi 9,8 millones.
El tercer método utilizado por YouTube para encontrar este contenido extremista es el hashing, esto es, una suerte de identificador algorítmico de estos vídeos. Desde diciembre de 2016, Google/YouTube, junto con Facebook, Twitter y Microsoft lanzaron una base de datos de lista negra de hashes, superando ya los 88.000.
El estudio se ha realizado a lo largo de tres meses (entre marzo y junio de 2018) y ese breve plazo ha bastado para detectar 1.348 vídeos subidos a YouTube a través de 278 cuentas distintas, con una incidencia de 163.391 vistas.
El análisis de CEP revela que el 24% de esos vídeos (322) llegó a permanecer en la red más de dos horas, con 148.590 visitas. La mayor parte de las producciones que se suben (76%), sin embargo, están disponibles menos de dos horas, con unas 14.800 visualizaciones.
Por otro lado, el estudio pone de manifiesto que el 60% de las 278 cuentas que subieron esos vídeos permanecieron activas, incluso, después de que éstos fueran retirados por infringir las normas de YouTube sobre contenido. Una de estas cuentas llegó a subir medio centenar de vídeos extremistas.
En la actualidad, YouTube localiza contenido de ISIS mediante tres mecanismos diferentes. El primero de ellos se basa en las personas, los usuarios (personas individuales, gobiernos, organizaciones, autoridades...) que encuentran estos vídeos y los reportan al equipo de la red de streaming, que es quien en última instancia decide si se retiran o no.
En segundo lugar, YouTube cuenta con un sofisticado sistema de aprendizaje automático de los sistemas que, apoyándose en algoritmos, es capaz de localizar los vídeos de ISIS. De hecho, según los últimos datos facilitados por la propia YouTube, este sistema fue capaz de localizar el 72% de los vídeos extremistas retirados entre enero y marzo de 2018... y no hablamos, precisamente, de cifras pequeñas, puesto que localizó algo más de 7 millones de vídeos de un total de casi 9,8 millones.
El tercer método utilizado por YouTube para encontrar este contenido extremista es el hashing, esto es, una suerte de identificador algorítmico de estos vídeos. Desde diciembre de 2016, Google/YouTube, junto con Facebook, Twitter y Microsoft lanzaron una base de datos de lista negra de hashes, superando ya los 88.000.
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