Barra libre de datos personales para Google
El celo que se ha extendido en los últimos años acerca de cuánta información personal recopilan las páginas web por las que navegamos parece haber olvidado que las apps en los móviles no lo hacen en menor medida. Prácticamente el 90% de las aplicaciones instaladas en los teléfonos móviles con sistema operativo Android están configuradas por defecto para transferir información a Google.
Así lo ha demostrado un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Oxford en cerca de un millón de aplicaciones del Play Store de Google en 2017. De media, los datos de las personas propietarias del dispositivo se comparten con diez organizaciones –desde Alphabet (de Google), a Facebook, Microsoft, Amazon, Twitter o Verizon-, y una de cada cinco aplicaciones lo hace con 20.
Es parte del modelo que en inglés se ha denominado ‘freemium’, esto es, apps aparentemente gratuitas cuyo pago, en realidad, es la inclusión de publicidad y el comercio de nuestros datos con terceros... y se ha salido de madre. Aunque el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), vigente desde el pasado 25 de mayo, prohíbe ligar datos personales a individuos concretos (romper la ‘anonimización’) y obliga a los desarrolladores de apps a revelar sus políticas de privacidad, entre las que se incluyen el intercambio de datos con terceros, lo cierto es que las malas prácticas son la tónica general.
Entre la información con la que se comercia, sin que l@s usuari@s sean siempre conscientes, destacan la edad, el género o la localización. Datos que en ocasiones se extraen de las torres de telefonía de donde toman la señal el smartphone, del router al que se conecta para aprovechar el Wi-Fi o, incluso, de otras apps instaladas en el dispositivo.
El análisis realizado por los investigadores revela cómo el 88% de las aplicaciones transfiere datos a terceros que, en última instancia, son propiedad de Alphabet (Google); del mismo sucede con empresas ligadas a Facebook (43%). Esto da una idea de la concentración de información personal de consumidor@s que acaparan unas pocas compañías. Sólo Alphabet, de Google, tienen subsidiarias en los segmentos de juegos y entretenimiento, herramientas de productividad, salud y estilo de vida, educación, música, comunicación, arte y fotografía y noticias.
En este escenario y dado que muchas de las apps instaladas en los teléfonos móviles pertenecen a las mismas compañías y a pesar de que se supone que cada una de ellas recopila información asociada al servicio que presta, todos los datos terminan bajo el mismo techo, pudiendo confeccionar completos perfiles de cada persona. Barra libre de datos personales.
Así lo ha demostrado un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Oxford en cerca de un millón de aplicaciones del Play Store de Google en 2017. De media, los datos de las personas propietarias del dispositivo se comparten con diez organizaciones –desde Alphabet (de Google), a Facebook, Microsoft, Amazon, Twitter o Verizon-, y una de cada cinco aplicaciones lo hace con 20.
Es parte del modelo que en inglés se ha denominado ‘freemium’, esto es, apps aparentemente gratuitas cuyo pago, en realidad, es la inclusión de publicidad y el comercio de nuestros datos con terceros... y se ha salido de madre. Aunque el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), vigente desde el pasado 25 de mayo, prohíbe ligar datos personales a individuos concretos (romper la ‘anonimización’) y obliga a los desarrolladores de apps a revelar sus políticas de privacidad, entre las que se incluyen el intercambio de datos con terceros, lo cierto es que las malas prácticas son la tónica general.
Entre la información con la que se comercia, sin que l@s usuari@s sean siempre conscientes, destacan la edad, el género o la localización. Datos que en ocasiones se extraen de las torres de telefonía de donde toman la señal el smartphone, del router al que se conecta para aprovechar el Wi-Fi o, incluso, de otras apps instaladas en el dispositivo.
El análisis realizado por los investigadores revela cómo el 88% de las aplicaciones transfiere datos a terceros que, en última instancia, son propiedad de Alphabet (Google); del mismo sucede con empresas ligadas a Facebook (43%). Esto da una idea de la concentración de información personal de consumidor@s que acaparan unas pocas compañías. Sólo Alphabet, de Google, tienen subsidiarias en los segmentos de juegos y entretenimiento, herramientas de productividad, salud y estilo de vida, educación, música, comunicación, arte y fotografía y noticias.
En este escenario y dado que muchas de las apps instaladas en los teléfonos móviles pertenecen a las mismas compañías y a pesar de que se supone que cada una de ellas recopila información asociada al servicio que presta, todos los datos terminan bajo el mismo techo, pudiendo confeccionar completos perfiles de cada persona. Barra libre de datos personales.
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