El muro de Trump provoca inundaciones que se cobran vidas

Trump, ante un prototipo del muro que quiere instalar en la frontera con México. | REUTERS
El muro que tanto ansía construir Donald Trump en la frontera con México, no sólo es representa una barbaridad de cara a los Derechos Humanos (DDHH) de las personas migrantes sino que, además, ya se ha cobrado vidas humanas. Los tramos de valla fronteriza que ya se levantan entre los dos países han sido los responsables de graves inundaciones, provocando muertes en el lado mexicano.


En la retina de much@s mexican@s todavía permanecen las copiosas lluvias de julio de 2014 a la altura de la ciudad de Nogales, que cuenta con un lazo estadounidense (Arizona) y otro mexicano (Sonora). Aquellas lluvias fueron tan torrenciales que los bolardos que se habían instalado para permitir el paso del agua fueron arrasados por la corriente. Seis años antes, unas lluvias parecidas arrasaron el Nogales de Sonora (unos 210.000 habitantes), provocando la muerte de dos personas (ahogadas), comerciantes atrapad@s en sus tiendas y daños por valor de unos 8 millones de dólares.

Este muro no siempre fue de hormigón, como ahora. Si nos remontamos a la década de los años 90, los muros eran de acero. Entonces, los traficantes comenzaron a aprovechar los túneles de drenaje entre los dos Nogales para introducir la droga a EEUU. Primero fue instalar rejillas para impedir su paso, pero los traficantes los atravesaron; la patrulla fronteriza optó por el muro de hormigón de algo más de un metro y medio. Los efectos no tardaron en evidenciarse: con las lluvias torrenciales, el agua se acumula detrás del muro y colapsa el túnel en el lado mexicano, como sucedió durante las lluvias de 2008. La patrulla fronteriza eludió su responsabilidad, pese a haber sido quien había taponado los túneles de drenaje.

Nogales no es una excepción: los muros y las vallas fronterizas a lo largo de la frontera EEUU-México llevan años amplificando el impacto negativo de las lluvias. El muro separa a las ciudades de El Paso (Texas) y Ciudad Juárez (Chihuahua). Mientras que en 2006 las fuertes precipitaciones provocaron daños por valor de 200 millones de dólares en el lado estadounidense, en el mexicano ascendieron a 600 millones. ¿El motivo? El muro, que impedía el drenaje del lado de Ciudad Juárez por el bloqueo del muro.

Ahora, los nuevos tramos planeados ya han provocado preocupación entre los activistas locales y las asociaciones medio ambientales de la zona del Valle del Río Grande de Texas. No es para menos, puesto que a pesar de que se conoce como ‘valle’, lo cierto es que su orografía es más semejante a un delta. Otros puntos críticos se encuentra en el condado de Starr, donde el año pasado ya se dio la voz de alarma ante el nuevo tramo de muro planeado, que elevará la superficie del agua y provocará desviaciones del cauce, siempre hacia el lado mexicano.

De nada parecen servir los informes emitidos por la Comisión Internacional de Aguas Fronterizas (IBWC, por sus siglas en inglés) que alertan sobre cómo el muro fronterizo esta obstruyendo el área de Río Bravo, desviando los torrentes hacia México. Este río proporciona agua potable y de riego a unos 6 millones de personas y más de 800.000 hectáreas y ahora, gracias al muro de EEUU, también trae muerte.
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