Borbón miope
El mensaje de Navidad del Borbón no sorprendió. Nadie esperaba, por otro lado, que sorprendiera, ni siquiera que satisficiera, así que podríamos decir que cumplió con las expectativas, que no eran muchas. El discurso del rey fue atemporal, deslizándose por la realidad si abordarla como debiera, rozando las problemáticas con tal tibieza que este año él mismo abrió de par en par las puertas de la sumisión real a la que ayer me refería.
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