El fiasco de libro que cometió Negroponte
Encaramos el 2020 muchas de las predicciones que se habían realizado para este año caen por su propio peso. Consultoras y, muy especialmente, los gurús de la tecnología han visto cómo buena parte de sus previsiones se van retrasando o, sencillamente, nunca llegarán. A la cabeza de la lista, Nicholas Negroponte, el hombre que en la década de los 80 y 90 se hizo muy popular con sus vaticinios y que en la actualidad dirige el Media Lab del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que él mismo fundó.
Quienes pronostican a muy largo plazo tienen la ventaja de que muchos no estaremos aquí para comprobar si acertaron; quienes lo hacen a corto y medio, se asoman al abismo del error y, en ocasiones caen. Aunque es verdad que Negroponte se sumó a la lista -no fue ni mucho menos el único- que avanzó que disfrutaríamos en nuestros hogares de video bajo demanda, como se llamaba por aquel entonces y que hoy conocemos como vídeo a la carta, no es menos cierto que cometió patinazos.
Un buen ejemplo de ello fue pronosticar en 2010 la muerte del libro en papel, en favor del formato digital. Ni siquiera fue cauto y fijó la fecha para 2020; lo hizo, en el escenario más optimista, para 2015. Hace una década, Negroponte se mostraba convencido de que el formato digital superaría al físico. Se equivocó.
Si miramos a España a través de los datos que aporta la Federación del Gremio de Editores de España (FGEE) el papel se mantiene. Todavía no se han cerrado las cifras del año que terminamos pero, mirando a 2018, vemos cómo mientras que en papel se editaron 76.202 títulos nuevos y se vendieron unos 160 millones de ejemplares en papel, en formato electrónico se diraron 18.951 títulos nuevos. Sólo en regiones como Catalunya el batazaco digital rozó el 69%, pasando de 11.737 títulos a 3.781.
España en este caso no "is different", como decía el lema publicitario. En el país de Negroponte, EEUU, las ventas del libro electrónico han descendido casi un 11% en el último lustro y, si miramos a Europa, la cuota de mercado de este formato no supera el 10%. En España ronda el 5% y, por poco que parezca, superamos a Italia (4%) o Francia (3%). Tan sólo el mercado británico rompe la barrera del 10%, pero se anclan en un 15%.
Diez años después de su predicción, Negroponte calla. Y si nos remontamos a lo que barruntaba en el año 2000, la cosa empeora. El gurú hablaba de cómo el libro en papel dejarían paso a volúmenes encuadernados de hojas regrabables similares al papel. Afortunadamente, para quienes amamos el libro en papel, Negroponte se equivocó. Un fiasco de libro.
Quienes pronostican a muy largo plazo tienen la ventaja de que muchos no estaremos aquí para comprobar si acertaron; quienes lo hacen a corto y medio, se asoman al abismo del error y, en ocasiones caen. Aunque es verdad que Negroponte se sumó a la lista -no fue ni mucho menos el único- que avanzó que disfrutaríamos en nuestros hogares de video bajo demanda, como se llamaba por aquel entonces y que hoy conocemos como vídeo a la carta, no es menos cierto que cometió patinazos.
Un buen ejemplo de ello fue pronosticar en 2010 la muerte del libro en papel, en favor del formato digital. Ni siquiera fue cauto y fijó la fecha para 2020; lo hizo, en el escenario más optimista, para 2015. Hace una década, Negroponte se mostraba convencido de que el formato digital superaría al físico. Se equivocó.
Si miramos a España a través de los datos que aporta la Federación del Gremio de Editores de España (FGEE) el papel se mantiene. Todavía no se han cerrado las cifras del año que terminamos pero, mirando a 2018, vemos cómo mientras que en papel se editaron 76.202 títulos nuevos y se vendieron unos 160 millones de ejemplares en papel, en formato electrónico se diraron 18.951 títulos nuevos. Sólo en regiones como Catalunya el batazaco digital rozó el 69%, pasando de 11.737 títulos a 3.781.
España en este caso no "is different", como decía el lema publicitario. En el país de Negroponte, EEUU, las ventas del libro electrónico han descendido casi un 11% en el último lustro y, si miramos a Europa, la cuota de mercado de este formato no supera el 10%. En España ronda el 5% y, por poco que parezca, superamos a Italia (4%) o Francia (3%). Tan sólo el mercado británico rompe la barrera del 10%, pero se anclan en un 15%.
Diez años después de su predicción, Negroponte calla. Y si nos remontamos a lo que barruntaba en el año 2000, la cosa empeora. El gurú hablaba de cómo el libro en papel dejarían paso a volúmenes encuadernados de hojas regrabables similares al papel. Afortunadamente, para quienes amamos el libro en papel, Negroponte se equivocó. Un fiasco de libro.
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