El mundo se une contra los ciberataques a centros sanitarios
Cerca de un centenar de líderes de más de una treintena de países, ONG, multinacionales y organismos académicos, entre los que se encuentran siete Premios Nobel, se han unido en un manifiesto para pedir a los gobiernos de todo el mundo que no escatimen medios para prevenir y detener los ataques cibernéticos que están sufriendo hospitales, centros de Atención Primaria y organizaciones de investigación que trabajan incansablemente durante el azote de la pandemia del COVID-19.
Hace semanas que kⒶosTICa viene advirtiendo del repunte de este tipo de ataques, con la modalidad del ransomware a la cabeza (encriptación de los archivos que solo se liberan tras el pago de un rescate). Ahora, personalidades como Madeleine Albright, exsecretaria de Estado de EEUU; Ban Ki-moon, ex secretario general de la ONU; Vint Cerf, padre de internet; Mikhail Gorbachov, ex presidente de la Unión Soviética y Premio Nobel de la Paz o Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, entre otros, suscriben este manifiesto.
La situación es cada vez más insostenible. Según relata el propio documento, en las últimas semanas centros de atención sanitaria de países como República Checa, Francia, España, Tailandia y los Estados Unidos han sido atacados por ciberdelincuentes. Además del mencionado ransomware, con el que se paralizan las redes de Atención Primaria y urgencias; se suman las campañas de desinformación destinadas a socavar e interrumpir las medidas puestas en marcha para paliar el impacto de la pandemia, entre ellas, todo lo referido a la elaboración de una vacuna efectiva contra el COVID-19. Algunos de estos ataques han llegado a conseguir interrumpir la prestación de esa atención médica, disparando los costes de suministros.
La dependencia digital de centros como hospitales se ha incrementado en los últimos años, no sólo a nivel de gestión administrativa, sino de equipos esenciales como dispositivos biomédicos (marcapasos, bombas de insulina...) que se conectan de forma remota a través de internet. La conectividad ha crecido mucho en los hospitales y, con ello, la superficie de ataque que aprovechan los cibercriminales.
Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, no ha dudado en afirmar que “nos encontramos en medio de la crisis sanitaria más urgente en la historia moderna, y estos ataques amenazan a toda la humanidad”. Maurer pone especial énfasis en la protección de los países sumidos en guerras y conflictos violentos. Unos ataques digitales que vienen a sumarse a los físicos, puesto que la Cruz Roja ha registrado más de 200 incidentes de violencia física contra trabajador@s sanitari@s o de instalaciones vinculadas a la lucha contra el COVID-19 en más de 13 países desde el comienzo de la pandemia.
El manifiesto persigue una respuesta conjunta a nivel internacional a este tipo de ataques, para garantizar así la atención sanitaria en todo el mundo. El documento ha sido publicado a página completa en medios internacionales tan prestigiosos como The New York Times o The Guardian.
El Derecho Internacional Humanitario, como la Convención de Ginebra, prohíbe expresamente los ataques, físicos o digitales, a las instalaciones médicas y su personal durante conflictos armados. En ese sentido, el espíritu del manifiesto persigue extender esa premisa al actual escenario de la pandemia. De hecho, existen ya declaraciones, como la Declaración de Oxford sobre la protección del Derecho Internacional contra las operaciones cibernéticas dirigidas al sector sanitario, que lo explicitan con claridad, llegando a afirmar que “las operaciones cibernéticas contra instalaciones médicas equivaldrán a crímenes internacionales”, tipificándose como crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Hace semanas que kⒶosTICa viene advirtiendo del repunte de este tipo de ataques, con la modalidad del ransomware a la cabeza (encriptación de los archivos que solo se liberan tras el pago de un rescate). Ahora, personalidades como Madeleine Albright, exsecretaria de Estado de EEUU; Ban Ki-moon, ex secretario general de la ONU; Vint Cerf, padre de internet; Mikhail Gorbachov, ex presidente de la Unión Soviética y Premio Nobel de la Paz o Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, entre otros, suscriben este manifiesto.
La situación es cada vez más insostenible. Según relata el propio documento, en las últimas semanas centros de atención sanitaria de países como República Checa, Francia, España, Tailandia y los Estados Unidos han sido atacados por ciberdelincuentes. Además del mencionado ransomware, con el que se paralizan las redes de Atención Primaria y urgencias; se suman las campañas de desinformación destinadas a socavar e interrumpir las medidas puestas en marcha para paliar el impacto de la pandemia, entre ellas, todo lo referido a la elaboración de una vacuna efectiva contra el COVID-19. Algunos de estos ataques han llegado a conseguir interrumpir la prestación de esa atención médica, disparando los costes de suministros.
La dependencia digital de centros como hospitales se ha incrementado en los últimos años, no sólo a nivel de gestión administrativa, sino de equipos esenciales como dispositivos biomédicos (marcapasos, bombas de insulina...) que se conectan de forma remota a través de internet. La conectividad ha crecido mucho en los hospitales y, con ello, la superficie de ataque que aprovechan los cibercriminales.
Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, no ha dudado en afirmar que “nos encontramos en medio de la crisis sanitaria más urgente en la historia moderna, y estos ataques amenazan a toda la humanidad”. Maurer pone especial énfasis en la protección de los países sumidos en guerras y conflictos violentos. Unos ataques digitales que vienen a sumarse a los físicos, puesto que la Cruz Roja ha registrado más de 200 incidentes de violencia física contra trabajador@s sanitari@s o de instalaciones vinculadas a la lucha contra el COVID-19 en más de 13 países desde el comienzo de la pandemia.
El manifiesto persigue una respuesta conjunta a nivel internacional a este tipo de ataques, para garantizar así la atención sanitaria en todo el mundo. El documento ha sido publicado a página completa en medios internacionales tan prestigiosos como The New York Times o The Guardian.
El Derecho Internacional Humanitario, como la Convención de Ginebra, prohíbe expresamente los ataques, físicos o digitales, a las instalaciones médicas y su personal durante conflictos armados. En ese sentido, el espíritu del manifiesto persigue extender esa premisa al actual escenario de la pandemia. De hecho, existen ya declaraciones, como la Declaración de Oxford sobre la protección del Derecho Internacional contra las operaciones cibernéticas dirigidas al sector sanitario, que lo explicitan con claridad, llegando a afirmar que “las operaciones cibernéticas contra instalaciones médicas equivaldrán a crímenes internacionales”, tipificándose como crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
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