La España putera que ignora al COVID-19
El cierre del ocio nocturno ha generado mucha polémica por su impacto económico. Detrás de cifras como las 25.000 empresas que lo componen o del 1,8% del PIB que representa, hay 200.000 puestos de trabajo que se esfuman, dejando en la estacada a miles de familias. Sin embargo, la prudencia llama a su cierre. Lo chocante del asunto es cómo no tiembla la mano a la hora de decretar esta suspensión del negocio mientras más de 1.600 burdeles continúan activos por todo el país.
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