Callar bocas con la verdad
La política en nuestro país se ha judicializado. Dada la bajeza moral y profesional de buena parte de nuestra clase política, ésta licua a los juzgados su ineptitud para realizar su labor en las instituciones (Congreso, gobiernos autonómicos, ayuntamientos...). Esto no es lo peor de todo; lo más desesperanzador es evidenciar que en contadas ocasiones se es capaz de callar bocas con la verdad, en lugar de tener que recurrir a argucias judiciales.
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