La inmunidad de rebaño no era esto
El pasado verano, la extravagante presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso (PP) escandalizaba con la ocurrencia de poner en marcha una cartilla COVID-19 que terminara por servir de salvoconducto para poder acceder a cines, teatros, restaurantes... y toda suerte de espacios públicos. Fuimos muchos los que pusimos el grito en el cielo por el riesgo de que se dieran prácticas discriminatorias. Hoy, somos menos: ante la propuesta europea de un 'pasaporte COVID' muchas personas reculan, incluido nuestro gobierno. Horror.
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