Europa no pasa el examen de la solidaridad con Afganistán
Europa vuelve a mostrar su peor cara. Cada vez que tiene que poner a prueba su discurso buenista de solidaridad y respeto por los Derechos Humanos (DDHH) suspende. No me refiero únicamente a las instituciones y gobiernos, sino a la misma ciudadanía, que mientras siembra las redes sociales de imágenes de mujeres afganas ya se pone la venda antes de la herida de acogida de personas refugiadas.
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