Lecciones de vida desde un campamento de población refugiada
Ayer partimos desde Madrid en un vuelo chárter hacia los campamentos de población refugiada saharaui. Más de 260 almas en un vuelo con cerca de una decena de nacionalidades distintas, cargadas de ilusión, que se dejaba notar en el bullicio que inundaba la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, en esa mezcla de gritos, risas y llantos de los bebés que viajaban en la misma expedición que el sucio politiqueo de las altas esferas vetó para los profesionales de RTVE.
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