Qué haría África sin la FIFA
La FIFA apesta. Lleva años haciéndolo sumida en casos de corrupción y con la inmundicia ética inserta ya en su ADN. La llegada de Gianni Infantino a su presidencia no ha revertido esa situación como demostró hace unos días su discurso ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE). El momento cumbre o, por ser más preciso, de mayor bajeza moral fue cuando defendió la celebración del Mundial cada dos años porque "tenemos que dar esperanza a los africanos para que no tengan que cruzar el Mediterráneo para poder tener una vida digna"... y, de paso, hacer caja.
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