Unidas Podemos ha de romper con el PSOE


El gobierno de España lo ha vuelto a hacer: ha traicionado una vez más al pueblo saharaui. La aceptación por parte de Pedro Sánchez del plan de autonomía para el Sáhara Occidental propuesto por Marruecos en 2007 es, en sí misma, una vulneración del Derecho Internacional y choca frontalmente con las resoluciones de la ONU. Sencillamente, la geoestrategia y los intereses económicos se imponen a lo legítimo, a los Derechos Humanos (DDHH) de un pueblo que un día fue español. Unidas Podemos (UP) forma parte de ese gobierno traidor; la pregunta que se ha de hacer ahora es, ¿quiere ser cómplice?

La guerra que actualmente se libra en el este de Europa nos brinda una oportunidad de excepción para ilustrar por qué la decisión que ha tomado Sánchez es incompatible con la misma democracia y la justicia universal. ¿Qué pensarían ustedes si Sánchez defendiera ahora la anexión de Ucrania a Rusia bajo un plan de autonomía? El ejemplo no es descabellado; de hecho, encaja a la perfección:

Cuando Hassan II invadió el Sáhara Occidental lo hizo con la intención de cometer un genocidio saharaui, bombardeando con napalm y fósforo blanco, expulsando a mujeres y menores al desierto, confiando en que la hammada terminara de hacer el trabajo inacabado por las bombas químicas. No funcionó. La dureza, la determinación y la dignidad del pueblo saharaui se impusieron a cualquier desafío puesto a su paso, incluido el ninguneo de quien aún hoy es potencia administradora de este territorio sin descolonizar, esto es, España, y del resto de países poderosos de Occidente.

Por este motivo, lo que hizo ayer Sánchez fue ponerse del lado de régimen asesino y torturador que lidera Mohamed VI, quien acumula una lista interminable de denuncias de violaciones de DDHH por parte de diversas organizaciones internacionales (Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Human Rights Action Center...) e, incluso, de la misma ONU. Postrarse como ayer se postró Sánchez al chantaje del sátrapa alauita es mancharse las manos de sangre.

Llegados a este punto, Unidas Podemos tiene que tomar una decisión. La formación, que se enteró de la jugada por los medios de comunicación, va en el pack, forma parte del gobierno y, como tal, las decisiones que salen del Ejecutivo son compartidas, por mucho que haya quien se consuelo con aquello de un gobierno con dos almas. Paparruchas. 

Las diferencias políticas entre PSOE y Unidas Podemos son más que evidentes, así como sus puntos comunes. El sacrificio de las primeras es lo que ha conseguido avances en los segundos. Tanto PSOE como UP han tenido que tragarse unos cuantos sapos en una suerte de toma y daca en el que, gracias a ello, la ciudadanía hemos sacado avances en la regulación de los precios del alquiler, las bases para un Ingreso Mínimo Vital, la dignificación del Salario Mínimo Interprofesional...

Ese es el argumento al que se aferra alguien tan coherente y racional como Yolanda Díaz: encajar unos cuantos golpes para, por otro lado, mejorar la vida del pueblo, de todas las personas que viven en España. Sin embargo, el golpe asestado ayer por Sánchez es demasiado duro, de los que tumban en la lona. Ahora, en la mano de UP está seguir en la lona o levantarse y devolver ese directo de derecha con uno de izquierda. Y eso pasa, definitivamente, con romper el gobierno si Sánchez no rectifica. 

Ninguna nueva mejora para la ciudadanía, ningún avance más en justicia social en España justifica la alianza con el PSOE si éste y, por tanto el gobierno, se ponen del lado del invasor marroquí. Si UP lo aceptara, también se mancharía las manos de sangre. La dejación de funciones y la nula asunción de responsabilidad como potencia administradora que los gobiernos españoles han mantenido con el Sáhara Occidental ya era un absoluto despropósito, pero tenía cierta pátina de neutralidad. La nueva postura de Sánchez, en cambio, trata de legitimar al invasor, al torturador, al asesino.

Si UP no rompe con el PSOE, cada nueva conquista social que abandere estará teñida con la sangre saharaui, estará calada con el sufrimiento de ese pueblo al que se ha negado la justicia durante 47 años. Es hora de la alta política, de la coherencia y la honestidad que, más allá de compartir o no ideologías, ha venido demostrando una política como Yolanda Díaz. De no ser así, Pedro Sánchez se habrá plegado a Mohamed VI y Unidas Podemos, a Sánchez. 

Es hora de poner en jaque al PSOE y, si no corrige el error histórico en que incurrió ayer, ejecutar el jaque mate a este gobierno. La irresponsabilidad recaerá al cien por cien en las filas socialistas que han preferido mercadear con vidas humanas, las saharauis. Y eso, es intolerable.

(No es necesario escribir en una medio nacional para hacer llegar un mensaje. Internet y las redes sociales nos facilita eso. La gravedad del asunto que aquí se aborda, requiere escribir con libertad, sin cortapisas, sin medias tintas. Yo he hecho mi parte, ahora le toca a usted hacer el resto. Gracias por ello)

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