Matones de metro
Ha ocurrido de nuevo: vigilantes del metro, esta vez de Madrid, actúan como matones barriobajeros con los más débiles. Sus víctimas han sido en esta ocasión grafiteros menores, personas con problemas de drogadicción o sin hogar. Ya no se trata únicamente de un abuso de autoridad o de una extralimitación en sus funciones para un vigilante de una empresa privada -Segurisa-, sino de un comportamiento que sería intolerable, incluso, para un agente policía.
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