Las puñaladas por la espalda del PSOE
La intervención esta semana del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha dejado claro porque al PSOE, con la connivencia pasiva de Unidas Podemos, no le cuesta nada alinearse con los intereses de Marruecos: tiene el mismo desprecio por los Derechos Humanos (DDHH). La sarta de mentiras que expuso ayer el ministro acerca de la tragedia de Melilla y el modo en que sigue ocultando las pruebas que este medio ha hecho públicas deberían bastar, como poco, para enterrarlo políticamente hasta el fin de sus días. No pasará, el partido socialista le ha cogido el gusto a tratar las vidas humanas como cifras en una hoja de cálculo que borra a su antojo.
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